¿Se puede estar unido a la aventura y al mismo tiempo compartir la misma?

Así se podría sin ninguna duda explicar la última aportación de la escritora Ana María Briongos que es fruto de una larga vida. En esta obra Ana María ha querido acordarse no solo de su familia, sino de toda una generación la cual le ha acompañado desde el primer momento….

En su El Cuaderno Morado. El viaje más largo…

Ana María realiza un recorrido por esa España que le tocó vivir acompañada siempre de la curiosidad y de la humanidad como muy bien describe en sus páginas…

Ese Viaje más Largo el subtítulo de la obra donde se ve acompañada de toda una serie de personas que directa o indirectamente han estado a su lado y parece que lo han estado en el momento en que lo tuvieron que estar.

Viajar es Compartir.

Cuando surgió un problema, cuando llegó el momento de descubrir ese plan erótico que todos llevamos dentro o esas mentiras que sin querer se

convierten en verdad…

No se asusten al comenzar a leerlo, quizás choque un poco el comienzo de esta, pero que mejor que hacerlo empezando con las alegrías y las tristezas de sus hijos y ver como estos desempeñan con su edad esas mismas actividades o parecidas que han realizado sus padres.

No lean solo esta obra, sino que vayan y localicen otras como ¡Esto es Calcuta…! Donde entre otros amigos nos habló de un gallego que ya no está con nosotros el profesor Paz que desde muy joven como la propia Ana María se enamoró de la Obra de Rabindranath Tagore.

Se pueden realizar grandes obras sin ser un académico o llevar a todas partes el título de filósofo…

¿Es posible?

Un padre nunca viaja como es el caso, pero si lo hace para ver a su hija cuando ella se halla fuera de España… Lo dicho estamos ante un trabajo cercano, increíble en ocasiones y sobre todo donde no existe ese cruce entre catalanes y vascos, sino que amplia puentes entre culturas algo que la propia autora ha vivido.

“Nunca tienes que cambiar lo que ves” escribió Thaddeus Golas sino “solo la forma en que lo ves”

De izquierda a derecha: Gonzalo López Nadal, Ana María Briongos, Agustín Pániker.

Lo que si estamos seguros es que cuando se encuentra con la periodista Mónica Bernabé no solo hablan de sus cuchilleos como diría el periodista catalán Alberto Oliveras, sino que surgen preguntas y respuestas como esta

“En Afganistán iba como en Barcelona: con tejanos, camisetas de manga corta e incluso algún vestido por encima de la rodilla. Muchas afganas, sobre todo, las estudiantes del instituto y de la universidad, también vestían al estilo occidental y sin pañuelo en la cabeza”

Algo similar debió de pensar

Jordi Esteva otro testigo de que lo que fue esa Barcelona que quizás ahora mismo ya no existe y nos recordó en alguna de sus obras otro de sus amigos en tantas y tantas aventuras Pepe Rivas (Barcelona, 1951) cuya pequeña parte de su vida la contó en Los 70 a destajo.

Ajo Blanco y Libertad quien tras algunas aventuras aún lado y al otro han sido descritas no solo en sus obras narrativas, sino también toda una experiencia donde se mezclan el cine y la escritura como muy bien ha demostrado en El impulso nómada que no podía quedar en un solo volumen sino que también como la propia Ana María ha querido darle una segunda parte en su

Viaje a un mundo olvidado…

En palabras del director Pepe Verdú “cuando me preguntan por Jordi Esteva lo están haciendo sobre una persona que conoce muy bien los mundos igual que Briongos donde ambos han vivido y no han podido dejar entre viaje y viaje”

Recuerdos, pensamientos y confesiones se suceden para componer una elegia por unas gentes, lugares, creencias y modos de vida que están despareciendo, engullidos por la uniformización que impone la globalización.

Un canto a unas realidades centenarias en camino de desvanecerse como un bellísimo sueño”

A lo que el periodista catalán Tomás Alcoverro alude a sus comienzos en “La Vanguardia entre otros medios y esa exposición realizada a través de una fundación pues Esteve es conocido como fotógrafo y luego escritor…”

Señala Esteva

“Para fotografiar las ceremonias yo llevaba dos cámaras Nikon con dos lentes distintas para no perder el tiempo montado las ópticas. Pero al proceder a cambiar un carrete expuesto se me paró el corazón: ¡me había confundido de cámara y acaba de exponer la película de la libación secreta sobre las sillas bias de los reyes a la luz de África! Cerré la cámara de inmediato, temiéndome lo peor”

Pero volvamos con Ana María…

Una experiencia entre los años 1968 y 1978 que narra la escritora en su aclamado:

Un invierno en Kandahar.

Desde Pere Sureda autor del prólogo hasta los padres Ana María y el que ha sido el hombre de su vida Toni hasta nuestros días…

Imagen de la portada del libro de Jordi Esteva «Viaje a un mundo olvidado». Foto: Editorial Galaxia

Recorriendo los países que quizás estaba muy lejos de su intención conocer como Irán, La India o Estados Unidos han formado una aventura narrativa. Un lugar importante lo ocupan sus padres….

No estamos ante una biografía al uso sino ante mucho más pues como han hecho otros autores Briongos desarrolla una línea argumental muy bienvenida en estos momentos…

Es un trabajo que podemos clasificar como memorias, narrativa, y un largo etcétera. Ahora lo que sí sabemos es que su historia es la de aquellas personas o personajes que se han cruzado en su camino y a lo mejor incluso sin saber ella misma que lo iban a hacer…

Desde sus noches en Calcuta o sus distintas conversaciones con el recordado profesor José Paz hasta su encuentro con el sanscritista Óscar Pujol Riembau (autor de numerosos estudios en torno al mundo y al interior de un texto que ha sido publicado por Agustín Pániker otro testigo de esta misma época junto a su padre y a su tío Salvador Pániker y Raimon Panikkar) o con la profesora Silvia Oliver que lo mismo se encuentra en Barcelona que en la India o en la cercana Toscana y esos mismos encuentros o reuniones con dos eminencias los hermanos Gonzalo López Nadal y Juan López Nadal. (no se pueden incluir a todos en un libro pues sería una enciclopedia y no de sánscrito precisamente)

Pero si nos podemos acercar a una época que como narró el propio Federico Jiménez Losantos junto a todos ellos como a Ana María les ha tocado vivir…

Desde ese ordenador imaginario que atraviesa el cielo inmenso viendo la camisa de cualquier jugador de fútbol seguramente estará su madre Luisa Guadayol (Manresa 1918-2016) mirándola sin haberle dicho nada y acompañándola en ese largo caminar el que se ve y el que no podemos ver pero, ellos si que sienten cuando hace años estuvieron juntas en la ciudad de Calcuta y en otros lugares.

Con lo cual señala Jordi Esteva:

“Era consciente de que mi manera de trabajar había cambiado. El oasis me interesaba capturar las imágenes, y aunque me fascinaban las historias que me contaba, me limitaba a fotografiar. Más tarde durante mis años en Ajoblanco, aprendí a sintetizar, a entrevistar y a escuchar. Ahora además de fotógrafo, me sentía recopilador de historias”

Algo que ambos autores han aprendido y sus obras son una clara muestra de ello…