1 noviembre, 2025
Una imagen reciente tomada en el Centro Metropolitano de Detención (MDC) de Brooklyn, Nueva York, ha desatado un revuelo en redes sociales y medios internacionales. La fotografía muestra al exjefe de inteligencia venezolana Hugo Armando Carvajal, conocido como ‘El Pollo’, junto a Luigi Mangione, principal sospechoso del popular asesinato de Brian Thompson, director ejecutivo de United Healthcare.
La versión original de la imagen, difundida como prueba de vida de Mangione y que originalmente mostraba a cuatro reclusos con los ojos cubiertos para proteger su identidad, comenzó más tarde a circular sin censura revelando el rostro de Carvajal, condenado en Estados Unidos por narcotráfico y narcoterrorismo. Se estima que la fotografía fue tomada entre junio y julio de este año en un área común de la prisión. Ambos aparecen vistiendo el uniforme estándar del MDC de Brooklyn, centro que también alberga al famoso rapero Sean Diddy Combs.
La situación legal de los dos hombres es contrastante. Carvajal, exdirector de la Dirección General de Contrainteligencia Militar de Venezuela durante el gobierno de Hugo Chávez, se declaró culpable en junio de cuatro delitos graves relacionados con narcotráfico y narcoterrorismo. Su sentencia ha sido postergada gracias a su cooperación con las autoridades estadounidenses, que podría reducir sustancialmente la pena, inicialmente cercana a la cadena perpetua. Por su parte, Mangione enfrenta once cargos estatales y cuatro federales, lo que lo hace elegible para la pena de muerte.
El exespía chavista, detenido en España el pasado 2021, se ha convertido en testigo clave de la justicia estadounidense. Según reportaron recientemente diversos medios, Carvajal estaría dispuesto a revelar información detallada sobre las operaciones de narcotráfico del Cartel de los Soles, sus vínculos con las FARC y las redes internacionales de financiación de la extrema izquierda. Entre los documentos y declaraciones entregados se incluyen informes sobre cómo el régimen de Hugo Chávez, a través de la petrolera estatal PDVSA, canalizó recursos a movimientos populistas y de izquierda en diversos países durante más de 15 años.