El juego del calamar 3 - Squid Game - Foto Netflix
4 julio, 2025
El desenlace de la tercera y última temporada de El juego del calamar resolvió muchos de los grandes interrogantes sobre el destino de sus protagonistas y la mecánica de los letales desafíos, aunque la historia pudo haber tomado un giro completamente distinto. Hwang Dong-hyuk, creador de la serie, reveló que llegó a contemplar un final alternativo en el que Seong Gi-hun lograba abandonar la isla y viajar a Estados Unidos para reunirse con su hija. Esta opción habría ofrecido un cierre más optimista para el personaje principal. “Al principio, cuando solo tenía esbozadas las temporadas dos y tres, imaginé un desenlace en el que Gi-hun conseguía sobrevivir y se iba a ver a su hija. Era, en cierto modo, un final feliz”, confesó Hwang al recordar las primeras ideas del proyecto.
Sin embargo, el rumbo elegido finalmente fue mucho más sombrío y acorde con la esencia crítica de la serie. Según explicó el guionista, su intención era evidenciar que los sistemas opresivos continúan intactos aunque uno de sus tentáculos se destruya. Aunque los juegos en Corea lleguen a su fin y la arena sea arrasada tras el sacrificio de Gi-hun, el sistema permanece firme y activo, mostrando que esas estructuras de poder y desigualdad trascienden fronteras. De hecho, el final sugiere que los macabros juegos siguen teniendo lugar en Estados Unidos, dejando al espectador sin la tranquilidad de un cierre reparador.
Entre las alternativas que Hwang valoró también figuraba un rescate policial. En ese escenario descartado, Jun-ho y las fuerzas de seguridad habrían irrumpido en la isla antes de la última prueba, interrumpiendo el desenlace y permitiendo que Gi-hun, otros concursantes e incluso un bebé sobrevivieran y lograran escapar. Finalmente, tras reflexionar sobre el mensaje de la serie, el creador decidió optar por un final más oscuro, que reforzara el trasfondo social y el carácter alegórico de la obra.
Hwang subrayó que el propósito era remarcar la vigencia y alcance global de los sistemas capitalistas, representados en los juegos, y cómo estas dinámicas de opresión y lucha por la supervivencia se reproducen en distintos contextos. Así, El juego del calamar va más allá de ser un thriller sobre desafíos mortales: se convierte en un retrato de la fractura social, la ambición y las tensiones propias de la sociedad contemporánea.
Aunque la tercera temporada supone el cierre de la historia principal, Hwang confirmó que se están desarrollando otros proyectos relacionados con el universo de la serie, entre ellos una trama intermedia que exploraría los hechos anteriores a la segunda temporada. También mencionó su interés en una posible versión estadounidense, y aunque no hay novedades sobre el spin-off vinculado a David Fincher, manifestó su admiración por el cineasta y su disposición a ver esa reinterpretación.
El juego del calamar, disponible en Netflix, conquistó al público global no solo por la intensidad de su argumento, sino por su capacidad de invitar a la reflexión sobre la desigualdad, la ética y la condición humana, temas que siguen resonando mucho después de los créditos finales.