Una joven sonriente sosteniendo mitades de naranjas en sus ojos.
30 marzo, 2025
Desde tiempos inmemoriales, el conocimiento sobre la salud ha sido transmitido de generación en generación, a menudo sin cuestionamientos. Algunos de estos consejos tienen una base científica, mientras que otros son meros mitos que han perdurado en el tiempo. Un ejemplo muy común en España es la creencia de que el zumo debe beberse rápidamente para evitar que «pierda sus vitaminas». Esta afirmación, aunque extendida, no tiene un fundamento sólido, pero sigue siendo aceptada, especialmente si proviene de la sabiduría de una abuela.
La vitamina C es una de las más rodeadas de mitos y conceptos erróneos. A lo largo de los años, ha sido promocionada como una solución mágica contra resfriados y gripes, pero los estudios científicos han desmentido esta creencia. Según una publicación de Harvard Health Publishing, supervisada por el doctor Howard LeWine, esta idea se popularizó en la década de 1970, pero las investigaciones posteriores han demostrado que la ingesta de vitamina C no previene los resfriados ni la gripe. Sin embargo, sí puede ayudar a reducir la duración de los síntomas o su intensidad.
Más allá de los mitos, la vitamina C es un nutriente esencial para el cuerpo humano. Actúa como un potente antioxidante que protege las células del daño de los radicales libres, fortalece el sistema inmunológico y es clave en la producción de colágeno, vital para la piel, los tendones, los ligamentos y los vasos sanguíneos. Además, contribuye a la cicatrización de heridas, la reparación de cartílagos, huesos y dientes, y mejora la absorción del hierro en el organismo. También se ha asociado con una reducción en el riesgo de cataratas y otros beneficios generales para la salud.
Cuando se piensa en vitamina C, lo primero que viene a la mente son las naranjas y las mandarinas. Sin embargo, hay muchos otros alimentos que contienen mayores cantidades de este nutriente. El kiwi, por ejemplo, es una de las frutas con más vitamina C, al igual que las fresas, los arándanos, las frambuesas, el mango, la papaya y la piña. En el mundo vegetal, destacan el brócoli, la coliflor, las coles de Bruselas, los tomates, los pimientos rojos y las espinacas.
Un mayor consumo de frutas y verduras, en general, se ha relacionado con una reducción del riesgo de enfermedades como el cáncer o la hipertensión. Aunque estos beneficios no pueden atribuirse exclusivamente a la vitamina C, sí refuerzan la importancia de mantener una alimentación equilibrada y variada para gozar de buena salud.
En definitiva, la vitamina C es un nutriente esencial con múltiples beneficios, pero no es la solución milagrosa para evitar resfriados. La clave para una vida saludable sigue siendo una alimentación rica en frutas y verduras, junto con hábitos de vida equilibrados.