18 agosto, 2024
Los ahogamientos por quedar atrapado en la rejilla del filtro ubicado en el fondo de las piscinas son poco habituales y, por lo general, suceden fruto de la imprudencia de los menores y adolescentes. Para evitarlos es imprescindible la pedagogía, pero también conocer bien las instalaciones.
Este verano, solo en la Comunidad de Madrid, un joven socorrista fue hospitalizado en estado grave y un chico de 13 años falleció tras ser succionados por las depuradoras de sendas piscinas comunitarias.
El primero, en la capital, supuestamente estaba realizando labores de mantenimiento de la piscina, mientras que el segundo, en la localidad de Alcalá de Henares, es probable que estuviera jugando.
Son las dos causas principales de este tipo de ahogamientos, que pese a no ser habituales sí pueden ser muy lesivos o mortales, explica a EFE la jefa de guardia del Summa 112 Gema Izquierdo.
«Los casos en los que he estado son por imprudencias, porque a veces los adolescentes les hace gracia la sensación de la depuradora, de la succión, o juegan a tirar objetos o a ver quién la toca con la mano», indica.
En cuanto a aquellas situaciones que puedan producirse en el entorno laboral, como el ocurrido con el socorrista -apunta la sanitaria-, es posible que el hecho de estar ante una actividad habitual provocara que bajase la guardia.
Lo más importante, remarca, es la prevención y la pedagogía, pues son episodios evitables. «Hacerles entender a nuestros hijos menores y adolescentes que no se tienen que acercar a la rejilla bajo ningún concepto. Que no es algo banal, que el riesgo existe», expone.
¿Y si ya es demasiado tarde? Lo primordial es conocer las instalaciones para tener ubicado el botón de parada de emergencia de la depuradora: algunos están en la superficie, a simple vista, y otros están en la sala de máquinas.
A su vez, o si no es posible frenar la succión, bucear e intentar rescatar a la víctima siempre y cuando nuestras capacidades físicas nos lo permitan. «No podemos ponernos en riesgo, sería empeorar la situación», alerta Izquierdo.
Y si hay más de una persona presente, mientras uno se ocupa del rescate otro debe llamar de forma inmediata al 112 para que los servicios de emergencias acudan al lugar lo antes posible.
Es lo que hicieron los vecinos, en el caso de Alcalá de Henares, y unos agentes de Policía Nacional que se encontraban cerca de la urbanización en el caso de Madrid: sacar a la víctima del agua y comenzar las maniobras de reanimación a la espera de la llegada de los sanitarios.
Todo depende de la potencia de la depuradora pero es difícil que una persona, sobre todo si son menores y se les ha quedado atrapada una extremidad o parte del bañador, puedan liberarse por sí mismas.
Ocurren poco, pero este tipo de ahogamientos suelen darse en piscinas de gran tamaño, como pueden ser las de un polideportivo o de una comunidad de vecinos.
Según explica a EFE el responsable de una empresa de mantenimiento de piscinas, que prefiere no dar su nombre, esto se debe a que las depuradoras tienen una mayor potencia de succión.
«En una piscina municipal pueden tener una potencia de entre siete y 15 caballos, tienen una fuerza increíble. En una particular la fuerza suele ser de un caballo, es prácticamente imposible que pase», subraya.
Sin entrar a valorar ningún caso en concreto, el técnico señala que este tipo de accidentes puede deberse también a un fallo -humano o mecánico- en los sistemas de la piscina.
Por ejemplo, que la llave de la tubería que lleva el agua hasta la depuradora esté abierta más de 15 grados -de un total de 90- puede ser peligroso: a mayor obertura, mayor potencia de succión.
Las depuradoras y sus sumideros en los fondos de las piscinas son imprescindibles para mantener la limpieza del agua en la que nos refrescamos en verano, pero también son un riesgo. Eso sí, fácil de evitar.