VIGO, 27/10/2025.- El acusado José Luis M., que se enfrenta a 21 años y 10 meses de prisión - EFE/ Salvador Sas
27 octubre, 2025
La Fiscalía ve «pruebas convincentes» para acusar de asesinato a José Luis M., que se enfrenta a 21 años y 10 meses de prisión por disparar a otro hombre en plena calle del barrio vigués de Coia la noche del 6 de abril de 2024, mientras que la defensa esgrime que lo hizo en legítima defensa y pide su libre absolución.
Según ha trasladado la Fiscalía al jurado este lunes en la primera jornada de este juicio que se celebra en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, el procesado atacó a la víctima, Francisco Javier, con una escopeta cuando este rondaba su vivienda.
Fue un ataque «por sorpresa» y sin que el muerto «tuviera tiempo a defenderse». Por eso le atribuye un delito de asesinato con alevosía y otro de tenencia ilícita de armas.
El Ministerio Público considera que concurre la atenuante analógica de alteración psíquica y por eso solicita 19 años y 11 meses por el delito de asesinato y 1 año y 11 meses por el de tenencia ilícita de armas.
Para la fiscal, «las pruebas son claras, convincentes y concluyentes» contra el acusado, que «sabía lo que hacía, sabía distinguir entre el bien y el mal y era capaz de tomar» la decisión que adoptó: matar a Francisco Javier, con el que había tenido rencillas previas.
Según el Ministerio Público, el acusado «ni tuvo miedo, ni fue atacado» por la víctima.
La acusación particular pide 22 años por el asesinato con alevosía, 15 años en el caso de que se determine que fue un homicidio, y otro año y medio por tenencia ilícita de armas. Además, rechaza la atenuante de confesión.
La defensa solicita la libre absolución al entender que su patrocinado actuó en legítima defensa ante una situación de miedo insuperable, el que le tenía al muerto.
En el caso de que se le considere culpable, la defensa requiere que sea por un delito de homicidio y no por asesinato y que se le apliquen las circunstancias modificativas de miedo insuperable, drogadicción y confesión.
Según su versión, el acusado, que va a declarar en último lugar, vio a la víctima en la calle armado con un cuchillo y una barra de hierro, así que entró en su casa, cogió la escopeta y, ante la actitud amenazante de Francisco Javier, efectuó un primer disparo disuasorio y, posteriormente, cuando la víctima estaba en el umbral de la puerta, realizó el segundo disparo, mortal.
El abogado que representa al procesado ha asegurado al jurado que su defendido ha podido no ser «ejemplar» en su vida, pero no es un asesino ni un homicida.
Él ha opinado que el procesado «no quería matar porque, si quisiese, en el primer disparo lo hubiese matado» y ha incidido en las amenazas previas de la víctima que le habría dicho al acusado que iba a ir a por su madre, quien se encontraba en la vivienda.
Se suspendió por la mañana
El juicio se suspendió por la mañana antes de que empezara a practicarse la prueba. Primero, porque un miembro del jurado reconoció al acusado y tuvo que ser sustituido. En ese receso, el procesado se encontró indispuesto y tuvo que ser trasladado a Urgencias.
Por la tarde, la primera testigo que compareció fue una vecina que salió a la calle al escuchar como dos «petardos» y afirmó que no vio que la víctima tuviera nada en la mano pero sí apreció un objeto, que podría ser el palo de una escoba.
Otra vecina de la calle escuchó las dos detonaciones separadas por unos segundos, ya que, entre ambas, tuvo tiempo para salir al exterior, regresar al interior de la vivienda y volver afuera. Ella aseguró haber visto un cuchillo tirado en la puerta de la casa de José Luis.
También relató episodios previos de gente que se dedicaba al menudeo y acosaba tanto a ella como a otros vecinos y relató que el procesado actuaba como «protector» de los que residían en el lugar.
«Que quede en acta que para mí fue en defensa propia; yo haría lo mismo», sentenció mientras se dirigía a la salida del juzgado.
Carmen, madre del acusado, contó que ella se acostó, se quitó los audífonos, y escuchó un ruido muy grande en la planta de arriba y, posteriormente, en la calle, por lo que se levantó, fue a la puerta y vio a una persona -la víctima- en el suelo «con un puñal muy grande pegado al brazo».
Asimismo, recordó un ataque anterior a la vivienda con una piedra que entró en la cocina e impactó con electrodomésticos.
Otra vecina situó al acusado en la puerta de su casa tras el crimen y confirmó que la víctima y otros «se metían con él» y que escuchó a Francisco Javier «insultar» a la madre de José Luis, al que una amiga suya que atendía a su progenitora vio aquellos días «agobiado» por que se sentía acosado.
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