Vehículo de la Guardia Civil.
18 octubre, 2025
La Guardia Civil ha detenido a los tres miembros de una banda de ladrones asentada en la Comunidad de Madrid que se desplazaba por distintas zonas del norte de España para cometer robos en viviendas habitadas. A los arrestados se les atribuyen al menos 38 delitos de este tipo, con un perjuicio económico total de unos 150.000 euros para las víctimas.
Según informó la Dirección General del instituto armado, la operación “Spyhole” se inició tras detectarse una serie de robos en localidades de la provincia de Lugo, lo que permitió establecer un patrón común y vincular los asaltos a un grupo organizado con base en Madrid.
Los investigadores comprobaron que la banda actuaba siempre de día y que seleccionaba las últimas plantas de los edificios, a las que accedían forzando el sistema de cierre de las puertas y retirando la mirilla, técnica que da nombre a la operación. Antes de actuar, analizaban cuidadosamente las rutinas de los moradores y las medidas de seguridad de las viviendas.
Durante los robos, los integrantes del grupo ocultaban sus rostros, vestían con ropa oscura y usaban guantes para no dejar huellas. Su objetivo eran dinero, joyas y objetos de lujo fácilmente transportables en mochilas hasta un vehículo de apoyo que les esperaba en el exterior.
Una vez finalizados los asaltos, los artículos robados —entre ellos joyas con alto valor económico y sentimental— eran vendidos rápidamente en distintos canales de reventa para dificultar su rastreo.
El grupo empleaba sofisticadas estrategias para evitar la detección. Los vehículos utilizados estaban suscritos a través de una plataforma digital de alquiler temporal, y el contrato figuraba a nombre de una segunda empresa sin relación directa con los delincuentes, lo que les otorgaba una aparente cobertura legal.
Con el avance de las investigaciones, los ladrones cambiaron de táctica y comenzaron a usar coches a nombre de terceras personas, así como líneas telefónicas registradas con datos de familiares o conocidos, que renovaban frecuentemente para dificultar el seguimiento de las comunicaciones.
La operación culminó cuando la Guardia Civil detectó que la banda regresaba a Madrid después de asaltar tres viviendas en la provincia de Bizkaia. Los agentes establecieron un dispositivo de interceptación en Briviesca (Burgos), donde lograron detener a los tres integrantes y recuperar parte del botín.
Entre los efectos intervenidos figuran numerosas piezas de oro —pendientes, anillos, pulseras, colgantes, gemelos y cadenas—, un reloj de alta gama, monedas de colección (dos de ellas valoradas en 3.500 y 2.200 euros respectivamente) y dinero en efectivo procedente de los últimos robos.
A los arrestados se les imputan los delitos de pertenencia a grupo criminal y robo con fuerza continuado en viviendas habitadas. Tras pasar a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Mondoñedo (Lugo), su titular decretó el ingreso en prisión para los tres miembros de la banda.