Exteriores de la Audiencia provincial de A Coruña
23 octubre, 2025
La Audiencia Provincial de A Coruña ha condenado a nueve años de prisión a un hombre por agredir sexualmente a una mujer en estado de embriaguez en las inmediaciones de una discoteca del puerto de la ciudad. La sentencia, emitida por la sección segunda y con fecha del 20 de octubre, considera probado que el condenado se aprovechó del estado de vulnerabilidad de la víctima la madrugada del 2 de febrero de 2024.
La Audiencia califica el hecho como un delito de agresión sexual con acceso carnal, sin violencia o intimidación, pero sin consentimiento, al abusar “de la vulnerabilidad de quien, por su intenso estado de embriaguez, carece de capacidad de comprensión y decisión”.
Además de la pena de prisión, el tribunal ha impuesto medidas accesorias significativas. Una vez cumplidos ocho años de cárcel, el acusado –residente en A Coruña– deberá ser expulsado del territorio español, con prohibición de regresar durante un periodo de diez años. También se le prohíbe aproximarse y comunicarse con la víctima durante 15 años.
En concepto de responsabilidad civil, el condenado deberá pagar una indemnización de 33.317 euros a la mujer.
El relato de hechos probados, basado en el visionado de las cámaras de seguridad, detalla el estado de la víctima. La mujer, tras haber consumido alcohol y mostrarse desorientada, fue expulsada de la discoteca después de protagonizar varios incidentes.
Entre las 03:30 y las 04:16 horas, la joven intentó sin éxito regresar al local para recuperar sus pertenencias. En este lapso, subió unas quince veces las escaleras de la entrada, llegando incluso a desplomarse en una ocasión, lo que evidencia su “aguda intoxicación etílica, acaso combinada con otra sustancia”, según la Audiencia.
Hacia las 04:18 horas, la mujer abandonó la puerta principal, “tropezando, con dificultad para mantener el equilibrio y perdida”. Fue entonces cuando el condenado, que la “observaba y rondaba por allí”, se percató de las “muy mermadas circunstancias psicofísicas de la víctima” y decidió “aprovecharse de ello para satisfacer sus deseos sexuales”.
La agresión fue interrumpida gracias a la alerta de dos testigos que pasaban por la zona y llamaron la atención del hombre. Tras el suceso, la mujer se marchó a su domicilio, donde se quedó dormida en el felpudo al no tener llaves, siendo asistida al día siguiente.