28 octubre, 2024
La huelga de conductores de autobuses urbanos, interurbanos y de grúas que comenzó este lunes en España ha tenido un impacto significativo en Galicia, donde los sindicatos convocantes, UGT y CCOO, han reportado que la paralización ha afectado entre un 90% y un 100% de los servicios no mínimos.
Los sindicatos exigen la implementación de medidas de prejubilación para los conductores a partir de los 60 años, basándose en estudios que indican que, a esa edad, el riesgo de accidentes aumenta considerablemente. Ambos sindicatos consideran que la respuesta de los trabajadores ha sido masiva, señalando que el seguimiento de la huelga ha sido notable.
Jesús López, portavoz de CCOO en Galicia, informó a EFE que, excluyendo los servicios mínimos, el seguimiento alcanzó un 90% entre los 5.000 conductores en la comunidad. La movilización fue especialmente evidente en las principales ciudades, donde el transporte público estuvo prácticamente anulado y se registraron numerosos retrasos en las estaciones de autobuses.
López criticó los «servicios mínimos un poco abusivos» impuestos por las autoridades, que alcanzaron hasta un 70% en el transporte interurbano y escolar. Por su parte, Martín Martínez, portavoz de UGT, destacó que la huelga fue seguida por un 100% de los conductores que no estaban sujetos a esos servicios mínimos, añadiendo que «incluso algunos de los servicios mínimos se negaron a salir».
En ciudades como Pontevedra y Santiago de Compostela, el impacto fue evidente. En Pontevedra, el transporte escolar apenas salió, mientras que en Santiago, de los 19 servicios mínimos previstos, solo se llevaron a cabo 8.
A pesar de la amplia adhesión a la huelga, Martínez aseguró que la jornada transcurrió con «bastante normalidad y tranquilidad», salvo por la presencia de algunos trabajadores afines al sindicato CIG, que no apoyó la huelga y que intentaron operar en sus rutas. Este comportamiento generó tensiones, especialmente en centros donde CIG tiene mayor influencia, ya que algunos conductores insistían en trabajar a pesar de que los directivos de las empresas preferían evitar la circulación de autobuses para prevenir altercados.
En Lugo, el Ayuntamiento confirmó que solo los autobuses urbanos vinculados a servicios mínimos funcionaron, mientras que el resto de las líneas permanecieron paralizadas. Esta huelga pone de manifiesto las preocupaciones de los conductores sobre las condiciones laborales y la seguridad en el sector del transporte.