17 octubre, 2025
La Asociación de Amigos da Ópera de Santiago continúa su labor de rescate y puesta en valor del patrimonio musical gallego con la recuperación de la zarzuela “Non chores, Sabeliña”, una joya del repertorio lírico escrita por Gustavo Freire con libreto de Xosé Trapero Pardo, considerado el primer texto de zarzuela publicado en gallego tras la Guerra Civil.
Esta nueva producción —que se presentará el 18 de octubre en Vilagarcía y el 19 en Santiago de Compostela— cuenta con la colaboración de la Banda Municipal de Música de Santiago de Compostela y del Coro do Liceo de Vilagarcía, bajo la dirección musical y transcripción de Casiano Mouriño, la dirección escénica de José Álvarez y la dirección coral de Josefa Dorado.
El elenco está encabezado por la soprano Emilia Pérez y el barítono Lucas López, dos de las voces más prometedoras de la lírica gallega, acompañados por la mezzosoprano Josefa Dorado y el tenor Víctor Bóveda, entre otros artistas. El estudio y recuperación de la partitura ha sido realizado por Javier Jurado, en una producción conjunta entre la Asociación Coro Liceo de Vilagarcía, la Asociación de Amigos da Ópera de Santiago y la Banda Municipal de Música.
Desde hace tres años, la Asociación de Amigos da Ópera de Santiago ha apostado por la recuperación del repertorio zarzuelístico gallego, un género escénico-musical que forma parte esencial del patrimonio cultural de Galicia. En ediciones anteriores, la entidad presentó con gran éxito “A lenda de Montelongo”, con música de Bernardo do Río y texto de Juan Buhigas e Manuel Rey, y “Miñatos de vran”, del maestro José Fernández Vide sobre libreto de Ramón Otero Pedrayo.
Con “Non chores, Sabeliña”, la asociación reafirma su compromiso con la preservación y difusión del legado musical gallego, ofreciendo al público una obra que combina humor, emoción y retranca.
La historia nos traslada al mundo rural de Galicia, donde Sabeliña, la protagonista, sufre por los vaivenes del amor, pero acaba descubriendo que los verdaderos sentimientos siempre encuentran su camino. Entre sonrisas, ternura y un toque de morriña, la obra evoca la vida en las aldeas, donde reír, llorar y amar forman parte de la misma melodía.