16 octubre, 2025
La actividad física podría ser una herramienta eficaz para reducir la nomofobia, el miedo irracional a no tener acceso al teléfono móvil. Así lo concluye la segunda edición del Estudio epidemiológico sobre adicciones sin sustancia (uso y abuso de las TIC) y consumo de sustancias psicoactivas en población universitaria del Campus de Lugo, cuyos resultados se presentaron en una jornada celebrada en la Facultad de Formación del Profesorado de la Universidad de Santiago de Compostela (USC).
El trabajo, coordinado por los investigadores Pablo César Muñoz Carril y Carmen Sarceda Gorgoso, contó con la participación de más de 800 estudiantes universitarios que completaron una encuesta durante el segundo cuatrimestre del pasado curso. La investigación, desarrollada por los grupos de la USC MEZCLA y GEFIL, cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Lugo y del Ministerio de Sanidad.
El estudio confirma una tendencia creciente entre el estudiantado a “perder la noción del tiempo” durante la navegación por internet, lo que evidencia un patrón de conexión prolongado y, en algunos casos, problemático. A ello se suma el uso de la red como estrategia de evasión frente a problemas personales o académicos, con interrupciones frecuentes de otras actividades para continuar en línea.
Los resultados también muestran que el uso problemático de internet se concentra mayoritariamente entre jóvenes menores de 20 años, y que existe una relación directa entre el tiempo de conexión diaria y la intensidad de las conductas de riesgo.
En el ámbito académico, los datos indican que un mejor rendimiento se asocia con un menor uso de internet como vía de escape y con un menor impacto de la conexión excesiva en los estudios. Sin embargo, la pérdida de control del tiempo aparece como un fenómeno común a todo el alumnado, independientemente de sus calificaciones.
Entre los hallazgos más destacados, la investigación señala que la práctica regular e intensa de ejercicio físico tiene un efecto protector frente a las conductas nomofóbicas. El estudiantado que realiza actividad física de forma diaria presenta menor vulnerabilidad al uso excesivo del móvil y mejor control del tiempo de conexión, frente a quienes practican poco o ningún deporte, que obtienen puntuaciones más altas en dependencia tecnológica.
Según los investigadores, estos resultados refuerzan la idea de que el ejercicio físico contribuye al equilibrio emocional y al autocontrol, actuando como un factor de prevención ante la adicción digital y otras conductas de riesgo asociadas al ocio en línea.
El estudio también aborda el consumo de sustancias psicoactivas entre el estudiantado. El 74,3 % afirma haber consumido alcohol en los últimos doce meses, observándose una correlación entre mayor frecuencia de conexión a internet y mayor consumo de bebidas alcohólicas con fines recreativos.
En cuanto al cannabis, el 85,1 % declara no consumir, mientras que un 10,3 % lo hace de forma ocasional, entre uno y cinco días al mes. El uso de hipnosedantes resulta bajo (casi un 92 % no los utiliza), y el consumo de anfetaminas, éxtasis, cocaína, heroína, ketamina o drogas sintéticas es residual.
Junto a los coordinadores, firman el estudio un nutrido equipo de especialistas de la USC: Mónica Bonilla del Río, María Rosa García Ruiz, Rubén Navarro Patón, Marcos Mecías Calvo, Brigite Carvalho da Silva, Ana Cristina Dias Pinheiro, Ángel Puentes Puente, Olaya Santamaría Queiruga, Isabel Dans Álvarez de Sotomayor, Nuria Abal Alonso, Inés Mosquera Bargiela, Alba Souto Seijo, Eva María Barreira Cerqueras, Iris Estévez Blanco, Eduardo José Fuentes Abeledo, Santiago López Gómez, Milena Villar Varela, María del Mar Sanjuán Roca, Raquel Marino Fernández y Pablo Rial González.