de la misa solemne del Pilar en
13 octubre, 2025
La Basílica del Pilar de Zaragoza fue escenario este domingo de la misa solemne dedicada a la Virgen del Pilar, patrona de la ciudad y de la Hispanidad, en el acto central de las fiestas zaragozanas. La eucaristía estuvo presidida por monseñor Francisco José Prieto Fernández, arzobispo de Santiago de Compostela, quien concelebró junto al arzobispo de Zaragoza, monseñor Carlos Manuel Escribano Subías, y otros prelados y sacerdotes llegados desde distintos puntos del país. En representación del Cabildo Metropolitano de la Catedral de Santiago participó Víctor Suárez Gondar.
La misa estacional congregó a numerosos fieles que llenaron la basílica para rendir homenaje a la Virgen. Durante su homilía, monseñor Prieto resaltó el significado universal de esta festividad, que va más allá de la devoción local para convertirse en un símbolo de fe compartida, evangelización y unidad entre los pueblos. También recordó el lazo espiritual que une a Zaragoza y Santiago de Compostela, ciudades que guardan una estrecha relación con la tradición del Apóstol Santiago y la Virgen María.
Finalizada la celebración, el arzobispo de Santiago encabezó la tradicional procesión que recorrió el exterior del templo, acompañada por representantes civiles y religiosos, cofradías y numerosos fieles que manifestaron su devoción con cantos y oraciones.
Al mismo tiempo, la Plaza del Pilar se llenó de color con la multitudinaria Ofrenda de Flores. Miles de personas participaron en este emotivo gesto, depositando millones de flores ante la imagen de la Virgen desde primeras horas del día hasta la tarde, en uno de los actos más representativos de las fiestas.
El 24 de septiembre se celebró en los Jardines Vaticanos un acto que puso de relieve la conexión espiritual entre Zaragoza y Santiago. El cardenal Fernando Vérgez Alzaga, presidente emérito de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, bendijo un panel cerámico que representa la aparición de la Virgen del Pilar al Apóstol Santiago.
La obra, elaborada artesanalmente siguiendo el estilo de la cerámica valenciana del siglo XVIII, ha sido instalada en el Bastione Maestro de los Jardines Vaticanos, junto a otras imágenes marianas procedentes de distintos países. El retablo ilustra el momento en que la Virgen María, aún viva en Jerusalén, se apareció al Apóstol Santiago a orillas del Ebro para fortalecer su misión evangelizadora, dando origen a una devoción que perdura y sigue inspirando la fe de millones de creyentes en todo el mundo.