13 octubre, 2025
El Parque das Ciencias, en el barrio de San Roque, fue escenario esta mañana de un acto de reconocimiento al químico Fernando Calvet, quien este año ha sido designado científico gallego del 2025 por la Real Academia Gallega de Ciencias (RAGC), que le dedica el Día de la Ciencia. La ceremonia, organizada por el Ayuntamiento de Santiago en colaboración con la Academia, contó con la presencia de la alcaldesa Goretti Sanmartín; la vicepresidenta de la RAGC, Alicia Estévez; el vicedecano de la Facultad de Química de la Universidad de Santiago, Pedro Rodríguez; y varios miembros de la Corporación municipal.
Durante el acto, se descubrió una placa en uno de los bancos del parque, situado en la calle Ramón de Valle-Inclán, que se suma a las diecisiete existentes en homenaje a otros científicos gallegos. La alcaldesa destacó la “extraordinaria relación de Fernando Calvet con Santiago”, tanto por su vínculo con la Universidad como por su defensa de las libertades y del reconocimiento de Galicia, así como sus ideas modernas y avanzadas para la época, que le valieron persecución tras 1936. “Era una persona que no entendía la ciencia como una burbuja, sino como algo que tenía que estar al servicio de la sociedad”, valoró Sanmartín.
Por su parte, Alicia Estévez subrayó “la labor de Calvet como pionero y modernizador de la química orgánica y de la bioquímica en Galicia”, así como su impulso a la biotecnología y a la industria farmacéutica gallega. Además, resaltó su contribución a la modernización de la Universidad de Santiago y su influencia en la formación de nuevas generaciones de científicos.
Fernando Calvet i Prats (Vilafranca del Penedès, Barcelona, 1903 – Barcelona, 1988) introdujo la bioquímica moderna en España y fue uno de los primeros en aplicar la investigación química a la industria, impulsando, entre otros, los laboratorios Zeltia de O Porriño. En 1929, con tan solo 26 años, obtuvo la cátedra de Química Orgánica en la Facultad de Ciencias de la USC, en un contexto de escasa tradición docente e investigadora en ciencias experimentales, hasta el punto de que el centro carecía de laboratorios adecuados. Un año después, creó un laboratorio de prácticas y otro de investigación, estableciendo un grupo pionero y moderno, comparable con los mejores de España.