28 agosto, 2024
Exceso de ruidos, aglomeraciones, daños en el patrimonio histórico o acampadas improvisadas son algunas de las conductas incívicas que año tras año se repiten en Santiago de Compostela y que ocasionan malestar entre los vecinos, motivo por el cual hasta cinco parejas de «informadores» patrullan las calles de la ciudad para concienciar a turistas y peregrinos sobre la necesidad de practicar un turismo «responsable».
Desde el pasado viernes, un total de diez personas, divididas en parejas, recorren con un chaleco blanco las cuatro entradas del Camino de Santiago y los principales puntos turísticos de la ciudad.
Algunos ya los llaman los guardianes «del silencio» y, de vez en cuando, son confundidos con voluntarios de ONG. Pero lo cierto es que este equipo de informadores tienen como objetivo, durante aproximadamente un mes y medio, promover un turismo «consciente y respetuoso», orientando a los turistas sobre el valor del patrimonio histórico de la ciudad y la necesidad de garantizar un equilibrio y una correcta convivencia entre las personas que visitan la ciudad y los vecinos.
Con una tablet y un sonómetro y en un horario de 9:00 a 13:00 horas, Patricia Parafita y Hugo Caamaño han explicado a EFE cómo les ha ido en estos días informando a los turistas y peregrinos y las principales reacciones que han provocado en la gente que visita la ciudad.
«La gente que nos para es bastante amable y acogedora. Algunos también nos ignoran pero hay de todo», explica Caamaño, de 21 años y natural de Esteiro.
Según relata, en su jornada son ellos los que normalmente se acercan a determinados grupos para, en primer lugar, realizar una pequeña encuesta con datos básicos como lugar de procedencia, número de pernoctas en la ciudad o tipo de alojamiento, entre otras cuestiones.
Seguidamente, explican en qué consiste la campaña «Fráxil», que el Ayuntamiento de Santiago ya lanzó el verano pasado y que busca sensibilizar a los visitantes de la ciudad a través de un código de buenas prácticas con doce puntos que inciden en la necesidad de que se genere una convivencia «respetuosa».
Precisamente, estas patrullas de informadores suponen un refuerzo de la campaña, ya que además de incidir en los comportamientos incívicos más frecuentes, también tienen como misión dar a conocer otros puntos de interés de Compostela fuera del Centro Histórico, con nuevo material preparado para resaltar que los atractivos de Santiago van mucho más allá de los que se pueden encontrar en la zona vieja.
El objetivo es deslocalizar los flujos turísticos en la ciudad y aumentar la estancia media de las personas que visitan Compostela.
«Nos agradecen mucho la información porque muchos vienen solo a la zona vieja y no saben qué mas hacer. Cuando les mostramos el mapa alternativo se van muy contentos», afirma Patricia, también de 21 años y natural de Vilagarcía.
Según cuenta la pareja, la mayoría de personas agradecen su trabajo y les dan «la razón» cuando les advierten de algunas conductas incívicas, como puede ser el exceso de ruido.
De hecho, llevan consigo un sonómetro, con el cual se acercan a determinados lugares donde el ruido sobrepasa los 80 decibelios.
«Al principio lo del sonómetro los coge un poco por sorpresa pero al final sí que lo entienden y piden perdón», cuenta Hugo, que advierte que siempre se acercan «de forma amable» porque son conscientes de que ellos «no son la policía» y no pueden «recriminar nada».
«Solo avisamos de algunas malas conductas, pero no podemos prohibir nada. Solo somos informadores», recalca.
Como anécdota afirma que algunos ya los llaman los guardianes «del silencio»; pero acabar con el exceso de ruido es en muchos casos difícil, especialmente en los grupos más grandes.
«Los grupos grande siempre van con prisa y es complicado pararlos. Algunos quedan atrás y no quieren perderse o llegar tarde», reconocen.
Sin embargo, en el caso de grupos más pequeños insisten en que todos son muy amables y que se interesan por la campaña, lo mismo que ocurre con los vecinos, que les felicitan y animan a seguir con su trabajo.
Tanto Hugo como Patricia son técnicos superiores en Guía, Información y Asistencia Turística y forman parte de la plantilla subcontratada por el Ayuntamiento para esta segunda parte de la campaña.
Ahora queda por ver si estos informadores callejeros consiguen concienciar a los visitantes y persuadirlos de determinados comportamientos incívicos que se han repetido en las últimas semanas.
El más reciente, la acampada improvisada de varios turistas extranjeros con sacos de dormir en las escaleras de la praza de Praterías, en la parte de trasera de la Catedral.
Ante hechos como este, el Ayuntamiento ha pedido colaboración ciudadana a la hora de denunciar a la Policía hechos que puedan ser susceptibles de sanción.
El concejal de convivencia de Santiago, Xan Duro, ha recordado que este verano «hay refuerzo dentro de las capacidades que tiene la Policía Local de Santiago» pero que, sin embargo, no puede patrullar toda la ciudad en todo momento, ya que ha sufrido una merma en la plantilla con una «pérdida de efectivos» considerable.
Lo que es cierto es que los visitantes ya no tienen excusa, puesto que ya sea por las sanciones de la Policía, las advertencias de los vecinos o las informaciones de estas nuevas patrullas, el mensaje de que es necesario practicar un turismo «cívico, responsable y sostenible» en Santiago está más que reforzado.