27 septiembre, 2024
Si planeas recorrer el Camino de Santiago, debes saber que Melide, a tan solo 55 kilómetros de Santiago de Compostela, es un destino imprescindible. Situado en el centro geográfico de Galicia, en la comarca de Tierra de Mellid, este municipio de la provincia de A Coruña es un punto de unión entre el Camino Primitivo y el Camino Francés. Los peregrinos que pasan por aquí no solo disfrutan de los últimos kilómetros antes de llegar a la Catedral de Santiago, sino que también se adentran en paisajes con raíces medievales. Melide es mucho más que una parada en el Camino: es un lugar donde la historia, la cultura y la gastronomía se entrelazan para ofrecer una experiencia única.
Entre sus joyas culturales destaca el Cruceiro de Melide, del siglo XIV, considerado el cruceiro más antiguo de Galicia, un símbolo de la tradición gallega. La Iglesia de Santa María de Melide, construida a finales del siglo XII, es otro ejemplo del rico patrimonio histórico de la zona, que, pese al paso de los siglos, sigue en pie con una excelente conservación. A las afueras, el Puente de San Xoán de Furelos, una construcción medieval de 50 metros de largo, es una parada obligada para los amantes de la arquitectura del Camino de Santiago.
NATURALEZA Y PAISAJES EN ESTADO PURO
Melide ofrece un entorno natural que invita a desconectar. Sus colinas verdes, bosques frondosos y ríos cristalinos hacen de esta comarca un paraíso para el senderismo y el ciclismo. Las rutas rurales que atraviesan sus montañas y valles permiten a los visitantes descubrir el encanto natural de la zona. El Monte Farelo es uno de los puntos más destacados, ofreciendo vistas panorámicas inigualables. Los pequeños pueblos rurales que rodean Melide añaden aún más magia, proporcionando tranquilidad y un ritmo de vida pausado que contrasta con la rutina diaria.
FIESTAS Y TRADICIONES
El mes de agosto es clave en Melide, ya que es cuando se celebran sus fiestas patronales en honor a San Roque, del 15 al 21 de agosto. Estas festividades combinan eventos gastronómicos, actividades culturales y las tradicionales verbenas, haciendo de Melide un lugar de encuentro para vecinos y visitantes.
Además de San Roque, otras celebraciones marcan el calendario festivo. En julio, Melide honra a la Virgen del Carmen, y en junio, celebra a su patrón, San Pedro. Una de las festividades más singulares es la de San Caralampio, el segundo domingo de septiembre, conocida como la «fiesta de los borrachos», en la que los participantes rinden homenaje al dios Baco con abundante vino.
Gastronómicamente, Melide es famoso por su pulpo a la gallega, un plato que todo peregrino debe probar. La oferta de alojamiento también es amplia, desde albergues hasta casas rurales, lo que convierte a Melide en un destino ideal tanto para turistas de paso como para quienes buscan una estancia más prolongada.
CRECIMIENTO E INNOVACIÓN
En los últimos años, Melide ha vivido un notable crecimiento económico, con la diversificación de su tejido empresarial. Aunque la agricultura y la ganadería siguen siendo pilares de su economía, el turismo y la hostelería han ganado terreno, impulsados por la creciente afluencia de peregrinos y turistas.
El sector agroalimentario destaca por la producción de lácteos y cárnicos de alta calidad. Además, Melide está apostando por el desarrollo de nuevas tecnologías, atrayendo a empresas que buscan un entorno rural tranquilo para sus proyectos, sin renunciar a la conectividad global.
GASTRONOMÍA INIGUALABLE
El principal atractivo de Melide radica en su profundo carácter rural, donde la gastronomía se nutre de la cultura local y de los recursos naturales del campo. En esta región, tanto el municipio de Melide como la comarca de Terra de Melide albergan numerosas empresas agroalimentarias, artesanales y turísticas que abren sus puertas para mostrar a los visitantes el proceso de elaboración de productos típicos. Entre estos productos destacan la miel, el queso, los dulces, el pulpo, las empanadas y el pan, lo que convierte a Melide en un verdadero paraíso gastronómico.
El queso gallego: un símbolo de la tradición local
El queso es, sin duda, el alimento más consumido por los gallegos. Los agricultores de la comarca de Terra de Melide producen este delicioso lácteo de manera tradicional, utilizando leche de vaca natural y entera. Tres variedades de queso son especialmente representativas de la zona:
Queso blanco fresco: se disfruta recién elaborado, conservando su frescura y sabor.
Queso mantecoso: con una textura suave y untuosa, ideal para acompañar diversos platos.
Queso de nabiza: característico de la región, se elabora a partir de leche de vacas alimentadas con nabos, tras un cuidadoso proceso de curación en condiciones secas y frescas.
Miel y grelo: productos emblemáticos de la comarca
La miel de Melide es un producto natural que se elabora de forma artesanal por los campesinos de la zona. Los visitantes pueden encontrarla en el mercado que se celebra cada domingo en la Plaza de la Alhóndiga. En este mismo mercado, se destaca el grelo, una hortaliza cultivada en pequeñas parcelas familiares. Estas tiernas hojas de nabo brotan justo antes de la floración y han sido, durante generaciones, un alimento básico para los gallegos. Su presencia se refleja en platos tradicionales como el lacón con grelos, el cocido gallego y el caldo gallego.
La favorable climatología de Melide también permite el crecimiento de diversas variedades de setas, como los boletus, níscalos y chantarellas, que se están integrando cada vez más en la gastronomía local.
Ganadería de calidad y el río Furelos
La privilegiada ubicación de Melide, en el centro de Galicia, ofrece un entorno natural excepcional. Sus pastos siempre verdes son el hogar de una ganadería de sabor exquisito, que produce carne de alta calidad, incluyendo ternera, cerdo, gallo de corral y capón. Entre los elementos naturales más emblemáticos de la zona se encuentra el Río Furelos, famoso entre los pescadores por sus truchas de río.
A pesar de no ser una región costera, Melide se destaca por ofrecer algunas de las raciones de pulpo más sabrosas de Galicia, utilizando ingredientes simples y naturales como aceite de oliva, sal y pimentón. Este plato ha conquistado a miles de turistas cada año.
Dulces tradicionales: los melindres y más
El producto más emblemático de Melide son, sin duda, los melindres, unas pequeñas rosquillas cubiertas con un almíbar que realza su sabor dulce y les proporciona un brillo característico. Elaborados con harina de trigo, huevos, mantequilla y azúcar, son un verdadero deleite para el paladar.
Otra especialidad de la región son los ricos, que se producen de forma tradicional al amasar harina, azúcar, huevos, anís y mantequilla, formando cordones que luego se cortan en porciones de aproximadamente diez centímetros antes de hornearlos. Además, los hornos tradicionales de Melide también ofrecen otras delicias, como cañas rellenas y almendrados, así como el pan gallego y empanadas rellenas de productos locales.
Para celebrar la rica tradición repostera de Melide, cada segundo domingo de mayo se celebra la Fiesta del Melindre y de Repostería Tradicional, un evento que fue declarado Fiesta de Interés Turístico en 2013, destacando aún más la importancia de la gastronomía en la cultura local.
UN FUTURO PROMETEDOR
El Concello de Melide presenta un escenario interesante para la inversión especialmente en los sectores del turismo sostenible, la agroindustria y las energías renovables. La creciente popularidad del Camino de Santiago y la valorización del turismo rural han generado un ambiente propicio para el desarrollo de nuevos proyectos hoteleros y de infraestructuras turísticas.
En cuanto a la agroindustria, la riqueza de las tierras gallegas y el auge de productos ecológicos ofrecen un terreno fértil para inversores interesados en productos de alta calidad y sostenibilidad. Además, el sector ganadero en Melide es reconocido por su producción de carne y lácteos de primera clase, lo que abre oportunidades para el desarrollo de plantas de procesamiento y exportación.
Otro campo con gran potencial es el de las energías renovables. Galicia, con sus abundantes recursos hídricos y eólicos, se ha posicionado como un territorio idóneo para la inversión en energías limpias. Melide no es la excepción, y las políticas locales han facilitado la implementación de proyectos que apuestan por un desarrollo más sostenible.
El Concello también está trabajando activamente para mejorar la infraestructura y facilitar la llegada de nuevas empresas, lo que se refleja en una mayor conectividad con otras ciudades gallegas y un entorno favorable para la inversión. Las políticas municipales incentivan a los emprendedores a establecer sus negocios en la zona
Melide es mucho más que una parada en el Camino de Santiago. Es un lugar que conjuga historia, cultura, naturaleza y oportunidades económicas. Con una ubicación estratégica, un entorno natural incomparable y un enfoque hacia el turismo sostenible y la innovación empresarial, este concello gallego tiene todo el potencial para atraer tanto a visitantes como a inversores que buscan un lugar con encanto y posibilidades de crecimiento mirando hacia el futuro con optimismo.