18 junio, 2024
Oscar Puente, El más polémico entre los polémicos; el más denostado entre los denostados; el más pendenciero entre los pendencieros; el más faltón donde los haya. Quien ejerció de alcalde en Valladolid, su ciudad natal, no tiene pelos en la lengua y es tan prepotente que llegó al extremo de detener la salida de un tren para que la policía detuviese a una persona que le hizo una pregunta capciosa.
En fin, se podría decir mucho más del revolucionario ministro, maleducado por naturaleza, posiblemente acomplejado, chorreando mala milk por todos los poros. Lo mismo arremete contra el presidente argentino Milei -reciente ganador de las elecciones en un país hermano en visita oficial a nuestro país- que llama «saco de mierda» a Vito Quiles, hombre de confianza de Luis Alvise, con más votos que podemos (800.000) en las elecciones europeas, o se lía a tortazo limpio (metafórico) contra Risto Meijide, uno de los comunicadores de TV más populares de ámbito nacional, de quién dijo: «a mi no me asusta ningún matón por mucho programa que tenga». Entrar a trapo de todas las polémicas y actuar como un mafiosillo de poca monta no es de un ministro de España. Es otra cosa. Es estar en la caverna más inmunda.