10 septiembre, 2024
«La camiseta del PSOE no es una camisa de fuerza», explicaba en una ocasión el presidente de Castilla-La Mancha Emiliano García-Page, quien en una jornada realmente convulsa como la de ayer fue a la postre noticia por convertirse en el único barón socialista que se ha atrevido a enfrentarse públicamente a la controvertida ley de Amnistía, presentando un recurso de inconstitucionalidad contra la misma.
A diferencia de muchos otros, García-Page continúa sin plegarse ante presiones y directrices partidistas y es ya, casi por incomparecencia de todos los demás, el único foco de auténtica disidencia interna frente al sanchismo.
Y no es que no esté pagando un peaje ya bastante alto por ello, siendo señalado en más de una ocasión por miembros del Gobierno como María Jesús Montero u Óscar Puente, quien llegó a insinuar que el presidente de Castilla-La Mancha se encontraba casi al margen del PSOE.
Es más que evidente que vivimos tiempos donde la política está marcada por el seguidismo y la uniformidad y, precisamente en ese contexto, siempre es una buena noticia la existencia de un García Page que (al menos) mantenga aún sus convicciones y la coherencia en su discurso.
“Yo, como presidente de Castilla-La Mancha, la única camiseta que tengo es la de mi tierra”, llegó a afirmar este.