20 octubre, 2024
El titular puede parecer escandaloso pero, estén seguros, es real. Si las normas están para ser cumplidas en un país que se supone civilizado y perteneciente al primer mundo, lo que ocurre en Santiago da pena. Según denuncia a esta publicación un habitual usuario del Periférico -desde el centro a los polígonos de Costa Vella y Tambre- más que una circunvalación esta ruta semeja el circuito del Jarama. Las velocidades establecidas, con señales claramente visibles, van desde 30 kilómetros en el interior con naves a ambos lados, hasta 50 en zonas de relativo peligro y 70 en el resto que se supone más tranquilas. La realidad es que un porcentaje elevadísimo de conductores hacen tabla rasa, pasan de todo, cada cual a su bola y a velocidad que les dé la real gana.
El porcentaje de incumplimiento, según el comunicante, es el siguiente: 70% de infractores conducen vehículos marca Wolkswagen; 10% corresponde al resto de las marcas con un denominador común: baja cilindrada; el 5% son turismos de gama alta o muy alta; el 10% recae en furgonetas de todos tipos y tamaño; un 2% son los taxistas hacia Lavacolla; otro 1% los moteros, que van hasta 120 K/h; el 1% camiones de gran tonelaje y un 1% final lo protagonizan autobuses urbanos a quienes les encanta adelantar a los ‘rezagados’ que cumplen escrupulosamente las señales.
Puede que algunos crean que es una boutade esta encuesta de andar por casa… pero quizá no lo sea. Si ocurriera una desgracia –Dios no lo quiera- recordaremos que DIARIO DE SANTIAGO lo denunció con pelos y señales. En todo caso, de lo que sí estamos seguros es que si funcionara un radar, oculto o volante, el titular se haría de oro con las sanciones. Mientras, seguiremos así hasta que ocurra una desgracia.