4 agosto, 2024
Repetimos protagonista en nuestra cúspide de hoy y vaya por delante que no es por falta de imaginación ni desidia, sino porque creemos firmemente en la necesidad de alejarse de la ovación generalizada que trae consigo el éxito para ser capaz de hacer lo propio en momentos no tan buenos.
Porque cuando caen los goles, entran las canastas, las bolas pasan llorando sobre la red y botan justo sobre la línea y llegan las victorias, llega la gloria. Y llegan los titulares y el halago y, sí, es justo que así sea.
Pero también en ocasiones debemos ser capaces de desterrar la dicotomía de que al ganador se le endiosa y al perdedor (si bien es debatible ya de por sí llamarlo así solo por no tener el extraordinario privilegio de ganar) se le ‘asesina’.
Es justo por eso que Ana Peleteiro no recibirá hoy los titulares que esperaba cuando arrancó en estos sus segundos JJOO. Hoy todo parecerá un tanto sombrío y, por desgracia, seguro que aquellos energúmenos que se han dedicado en los últimos años a atacar sistemáticamente a la atleta (en muchos casos, y más repugnante aún, por motivos raciales) hoy aprovecharán para seguir con esto y tratar de hacer leña del árbol caído.
Lástima para ellos que enfrente tiene a una deportista que, si bien hoy no puede celebrar como se merecería, volverá muy pronto para cerrar todas esas bocas.
Por eso a veces estar en la cúspide no se trata de la victoria, sino del camino, la lucha, la resiliencia… Por eso Ana merece, aunque sea por segundo día consecutivo, seguir ahí.