16 julio, 2025
No estamos ante un libro de viajes ni ante un trabajo filosófico ni tan siquiera nos encontramos ante un estudio del hinduismo con sus diversas escuelas. Nos situamos ante unas páginas llenas de vida desde su primera hasta su última página. Trata de la vida de dos personas nacidas en lugares tan opuestos que si no hubiera ocurrido ni ellos mismos se lo hubieran creído.
Existía un interés de Álvaro Enterría por descubrir otros mundos y al mismo tiempo esos lugares entran en su propio interior.
Con “La India por dentro. Una guía cultural para el viajero” sentó las bases de sus futuras publicaciones.
No solo es editor, sino también es escritor y traductor. Ha traducido una obra imprescindible para acercarse a esos dos mundos bajo el título de “El Científico y el Santo. Los límites de la ciencia y el testimonio de los sabios” de Avinash Chandra y también cuando quiso dar a conocer al lector el Mahabharata a través de un trabajo de Miguel Gómez Andrea el cual firma sus trabajos como Gol.
“Esta edición constituye una excelente introducción al Mahabhárata (cuyo estudio no tiene fin) pues conserva muy bien el corazón de la trama. Es una de las obras que más orgulloso estoy de haber publicado. Próximamente las publicaremos en India en tres ediciones distintas: inglés, hindi y sánscrito”
En España ya ha sido publicada en un único volumen.
Árati Nayak su esposa afirma: “Todo cuanto tenia en mi infancia, toda esa riqueza, me fue arrebatada en mi juventud y mi futuro incierto. Después, sin pedir nada, todo me fue dado. Tuve la oportunidad de experimentar, participar y ver muchas cosas que casi ninguna mujer de mi condición conoce. La vida me lo ha dado todo, mucho más de lo que yo esperaba”
Ambos comparten sus inquietudes mirando a la Madre Ganga en una casa con una librería de dos plantas donde se han podido reunir personas como Ramiro Calle, su esposa Luisa y el periodista Jesús Fonseca.
Sus experiencias son el cuerpo que forma este libro con unos capítulos que no dejarán al lector indiferente y querrá seguir profundizando cogiendo un avión si puede para descubrir la Vida y el Cosmos que forma Benarés llamada Varanasi.
Si alguien les dijera que van a eregir una librería de dos plantas y no una tienda de ropa al estudiar su cultura y descubriendo a los múltiples viajeros que han peregrinado por esa zona geográfica. Eso es lo que han realizado una mujer y un hombre con una cultura tan grande como el propio mundo que les ha tocado vivir. Vemos una gran fotografía donde Dios no ha muerto. Cayendo la tarde los brahmanes ejecutan los ritos con extremada precaución. Los devotos se dirigen hacia el Templo de Vishwanath uno de los doce Jyotirlingas en donde la deidad principal se llama Vishwanata que significa “el que Gobierna el Universo” Lugares sagrados dedicados a Shiva. Visualmente este templo se ha hecho famoso gracias a sus cúpulas recubiertas por unos 800 kilos de oro y está dedicado a la gran figura de Shiva para atender la ceremonía del arati. En los ghats preparan la lámpara de 101 mechas para ofrecer el arati al Ganges. Durante el ritual están presentes los cinco elementos el espacio (akash), el viento, (vayu) la luz, (tej) el agua, (jal) y la tierra (pruthvi) y escuchamos en silencio el resonar de las caracolas, campanas y gritos de “Gloría a la Madre Ganga” y “Gloría a Shiva” y ya que hablamos de muerte a las pocas horas de morir el cuerpo se envuelve en un lienzo (blanco si se trata de un hombre y rojo si se trata de una mujer) y lo ponen en la pira funeraria para ser incinerado descendiendo hacía el Ganges. Benarés es conocida por su Ram Lila donde cada paso es una danza que se celebra en Dusshra en el mes de octubre y es cuando se vuelven a representar episodios del Ramayana por toda la ciudad y el maharajá- la reencarnación del Dios Shiva- patrocina tres semanas de celebraciones en todo su esplendor. Fue aquí donde nació el Pandit Ravi Shankar que supo dar a conocer la música india en Occidente.
La cultura, el arte y sus lenguas son algo primordial en este país y en concreto en Benarés. Y también ha sido un lugar para “perderse” por toda la India a los que dejaban sus casas y se marchaban y con el paso del tiempo formarían parte de lo contracultural o de la generación beat que de la mano de Allen Ginsberg y Gary Snyder describieron en sus obras lo que sus ojos vieron cuando visitaron la ciudad. Pero algo importante es el sánscrito.
Recientemente se acaba de publicar “El Sánscrito. Lengua, Historia y Filosofía” de Pierre Sylvain Filliozat.
Como dice la Bhagavad-gita apunta el profesor Óscar Pujol “Lo importante es la acción en sí, no los productos de la acción” Con varios trabajos en su haber, Óscar Pujol ha hecho del sánscrito como Filliozat lo más importante de su vida y según sus palabras “Fui buscando el rumor del sánscrito y me encontré que ese murmullo seguía vivo aunque herido y macilento en las callejuelas de la ciudad encarnado en numerosos pándits de mayor o menor erudición pero que conservan el sánscrito como si estuviera pegado a su cuerpo, como si formase parte de su respiración, como una constante vital más” Cada plato lleva una parte importante de diferentes especias en diversas proporciones que no se repiten en otro plato diferente y tenemos que volver a los grandes palacios, a las escalinatas llenas de personas que de una u otra forma forman parte de esta ciudad y del universo de nuestro viaje. Y dejamos que sea la profesora de sánscrito de la Universidad de Salamanca Ana María Agud la que hable “Recuerdo a un taxista en Benarés con el que estuve conversando durante el trayecto, y en cuanto supo de mi oficio empezó a recitarme pasajes en sánscrito que obviamente formaban parte de su interioridad de vida” Como apunta Pujol “A fuerza de estar en contacto con la divina algazara de Benarés aprendimos a quererla”
Foto de archivo con el director artístico del Festival de Sanremo, Amadeus (izda), el músico italiano Beppe Vessicchio (3-izda) con miembros de la banda italiana Le Vibrazioni y la cantante Sophie Scott (3-dcha) de la banda británica Sophie and The Giants en el escenario del teatro Ariston durante el 72º Festival de la canción Italiana de Sanremo, en Sanremo, Italia, 04 de febrero de 2022. EFE/EPA/Riccardo Antimiani