7 septiembre, 2024
Vemos una gran fotografía en donde Dios no ha muerto. Cayendo la tarde los brahmanes ejecutan los ritos con extremada precaución. Los devotos se dirigen hacia el Templo de Vishwanath uno de los doce Jyotirlingas en donde la deidad principal se llama Vishwanata que significa “el que Gobierna el Universo” Lugares sagrados dedicados a Shiva. Visualmente este templo se ha hecho famoso gracias a sus cúpulas recubiertas por unos 800 kilos de oro y está dedicado a la gran figura de Shiva para atender la ceremonía del arati. En los ghats preparan la lámpara de 101 mechas para ofrecer el arati al Ganges. Durante el ritual están presentes los cinco elementos el espacio (akash), el viento, (vayu) la luz, (tej) el agua, (jal) y la tierra (pruthvi) y escuchamos en silencio el resonar de las caracolas, campanas y gritos de “Gloría a la Madre Ganga” y “Gloría a Shiva” y a las pocas horas de morir el cuerpo se envuelve en un lienzo (blanco si se trata de un hombre y rojo si se trata de una mujer) y lo ponen en la pira funeraria para ser incinerado descendiendo hacía el Ganges.
Benarés es conocida por su Ram Lila
Donde cada paso es una danza que se celebra en Dusshra en el mes de Octubre y es cuando se vuelven a representar episodios del Ramayana por toda la ciudad y el maharajá- la reencarnación del Dios Shiva- patrocina tres semanas de celebraciones en todo su esplendor. Y fue aquí en donde nació el Pandit Ravi Shankar que supo dar a conocer la música india en Occidente y en donde rodaron aquel célebre documental “Entre dos mundos” Y es que en Benarés “la música es lo que queda cuando todo se ha olvidado”
La cultura, el arte y sus lenguas
Son algo primordial en este país y en concreto en Benarés. Y también ha sido un lugar para “perderse” por toda la India a los que dejaban sus casas y se marchaban y con el paso del tiempo formarían parte de lo contracultural o de la generación beat que de la mano de Allen Ginsberg y Gary Snyder describieron en sus obras y otros han sabido contar cuando en 1962 muchos no habían nacido… En el Club Psicodélico “esa historia de cuatro hombres que cambiaron para siempre la manera en que entendemos el mundo y la mente” se cuenta quizás algo y poco de lo que ocurrió siendo un verdadero complemento a la obra coordinada por Juan Carlos Usó en donde distintos autores opinan con gran conocimiento y sabiduría de “El sol salió anoche y me cantó. El experimento de Viernes Santo”
Quizás hayan viajado en el tiempo
“La revista Times publicó una extensa crónica, en términos muy favorables, sobre el experimento de Pahnke, apoyada citas de destacados teólogos. El aspecto religioso de la experiencia psicodélica era incuestionable, así como el poder de ciertas drogas para facilitar la clase de trascendencia o éxtasis experimentada por los santos y por los místicos. De este modo fue como el resultado de tan singular ensayo llegó a oídos de todos los Estados Unidos”
Observamos que la India
Sigue estando junto a Benarés muy viva. Quizás fue esto lo que motivó que el profesor Óscar Pujol pasase diéciseis años en esta ciudad. Y como dice la Bhagavad-gita apunta Pujol “Lo importante es la acción en sí, no los productos de la acción”
Vemos un mundo dentro de otro mundo en donde las especias junto con la Arquitectura forman parte de un todo.
Cada plato lleva una parte importante
De diferentes especias en diversas proporciones que no se repiten en otro plato diferente y tenemos que volver a los grandes palacios, a las escalinatas llenas de personas que de una u otra forma forman parte de esta ciudad y del universo de nuestro viaje. Y dejamos que sea la profesora de Sánscrito de la Universidad de Salamanca Ana María Agud cuando según sus palabras “recuerdo a un taxista en Benarés con el que estuve conversando durante el trayecto, y en cuanto supo de mi oficio empezó a recitarme pasajes en Sánscrito que obviamente formaban parte de su interioridad de vida” Y dos obras “El diccionario sánscrito catalán (2005) y su primo hermano el diccionario sánscrito castellano (2018)” Y es que como apunta el profesor Óscar Pujol “A fuerza de estar en contacto con la divina algazara de Benarés aprendimos a quererla”.