Pastillas para pobres

En España se expiden al año 220 millones de recetas de psicofármacos. Así lo afirma el médico catalán Ramón Laporte, especializado en Farmacología. La mitad de los mayores de 70 toma como mínimo un psicofármaco y las mujeres consumen el doble que los hombres. Los más ingeridos son las benzodiacepinas, que, según la dosis que se tome, producen amodorramiento, sueño y pérdida de la consciencia.

El consumo de benzodiacepinas se concentra en los mayores de 65 años, mujeres y pobres. Las personas en paro las consumen cuatro veces más que las ocupadas. La ingesta también se concentra más en personas que viven solas. Parece como si nuestra soledad tratara la pobreza, el paro y la soledad con medicamentos.

El uso de benzodiacepinas está ligado al aumento del riesgo de padecer Alzhéimer. En España hay al año 40.000 nuevos casos y la mitad son consumidores de esas sustancias.

Usados de una manera prudente, los psicofármacos pueden ser muy útiles en personas con crisis mentales, pero en trastornos no graves, que son la mayoría, su eficacia es dudosa o nula. Deben usarse en periodos de tiempo limitado porque tienen graves contraindicaciones. Al año en España se despachan 78 millones de recetas de benzodiacepinas e hipnóticos para la ansiedad y el insomnio. En nuestro país 90 de cada 1000 personas consumen estas sustancias, más mujeres que hombres. En Alemania la administración es diez veces más baja.

Por lo que respecta a los antidepresivos, los médicos expiden al año en nuestro territorio 52,5 millones de recetas con un coste de 653 millones. El motivo es la tristeza y hay un abuso del uso de esas pastillas y los casos en muchas ocasiones se cronifican.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que cada año se suicidan en el mundo 700.000 personas. Los laboratorios niegan la relación de los antidepresivos con los suicidios y prefieren ligar las muertes con la enfermedad. Los pacientes que consumen antidepresivos tienen más muertes, más ictus, más fracturas, más disfunción sexual y más intentos de suicidio, según el doctor Laporte.

Los antidepresivos, en el primer trimestre de embarazo de una madre, generan daños en el corazón y el cerebro del feto. Conviene hacer un uso puntual de los psicofármacos y abandonarlos lo antes posible para hacer frente a la tristeza apoyándose en la familia, los amigos, los hábitos de vida saludable, las buenas aficiones y un tiempo libre de calidad.