10 septiembre, 2024
En el film de Berlanga “Bienvenido Míster Marshall”, Don Pablo, el alcalde de Villar del Rio -magistral Pepe Isbert-, después del paso de la “caravana de la abundancia” sin parar en el pueblo, se dirigió a sus vecinos para decirles “que yo, como alcalde vuestro que soy os debo una explicación…”.
Pues a los españoles, como los vecinos del pueblo castellano, nos deben explicaciones sobre decisiones de asuntos de Estado que nos afectan a todos y la más urgente es aclarar los términos del acuerdo entre Esquerra Republicana (ERC) y el Partido Socialista sobre la financiación singular de Cataluña.
El silencio del presidente es obsceno y las explicaciones de la señora Montero, lejos de aclarar ese acuerdo, son un insulto y una falta de respeto a los españoles. Después de permanecer meses callada mientras los independentistas de ER “promocionaban” el acuerdo, reapareció en el Senado para dejar muestras de una indigencia argumental al estilo Groucho Marx: “Usted puede utilizar nominalistamente (¡!) las expresiones que quiera, pero lo que dice el acuerdo es lo que dice y lo que no dice el acuerdo, como usted decía, es lo que no dice”. Afirmar en Andalucía que “vamos a hacer compatible que Cataluña puede tener una financiación singular como la pueden tener otros si quieren tenerla”, es una falacia.
Por eso, diga lo que diga la ministra, “la propuesta de una financiación singular para Cataluña bajo el nombre de cupo, concierto o cualquier otra denominación es una amenaza directa a la cohesión territorial y social de España…, es una irresponsabilidad política que pone en riesgo el principio de solidaridad que debería regir el sistema fiscal español”, dice José Luis Gómez, uno de los analistas económicos mejor informados de Galicia. “Si Cataluña no aporta al Estado se verán afectadas la financiación de las autonomías y otras políticas, entre ellas las pensiones… Romper la caja única no es de izquierdas ni de derechas, es una voladura de la estructura del Estado, léase también del Estado de bienestar”, concluye Gómez.
Para José I. Torreblanca una sociedad se sostiene sobre tres contratos: el intergeneracional que es la transferencia de renta entre generaciones; el interclasista, el trasvase de renta desde las clases más favorecidas a las menos pudientes; y el contrato interterritorial que corrige las diferencias entre territorios… transfiriendo renta de las regiones más ricas a las más pobres. “Sin cohesión territorial es imposible mantener la estabilidad y unidad del país”, sostiene.
Por eso, quebrar la igualdad entre los españoles y la solidaridad entre territorios, además de no tener encaje constitucional, no es progresista ni socialista. Es el tributo que exigió ERC para dar el poder al cabeza de lista de los socialistas catalanes y para mantener al presidente Sánchez en la Moncloa. Así de sencillo.