13 agosto, 2024
Frente al desvarío que vivimos en nuestra sociedad, la degeneración en ideales políticos que no rechazan las barbaridades toleradas a diario y las actitudes dictatoriales disfrazadas de democracias, que supuestamente deberían ser reales y que en estos últimos años están desapareciendo y coartando nuestras libertades, que tanto costaron conseguir en el siglo XX, me vienen a la cabeza dos citas de Bertrand Russell (1872-1970), matemático, filósofo, escritor y Premio Nobel de Literatura (1950): «El problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes llenos de dudas» y «Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Los políticos por hacer imposible lo posible.»
El desconcierto y la carencia de discernimiento en una ciudadanía falta de formación y concentración de voluntades para poder avanzar nos llevan a ser dirigidos por esa minoría de estúpidos que nos han llevado al borde del fin de nuestra civilización. Mientras nuestros estudiosos e inteligentes se esfuerzan, sin dudas, para hacer posible lo imposible, nuestros dirigentes necios hacen imposible lo que se puede hacer posible.
Con sabiduría, es difícil manejar al individuo y nunca le despojarán de su libertad. Hemos consentido los guetos en las ciudades de nuestra civilización, no nos hemos mezclado debidamente, pues el mestizaje es bueno siempre que la cultura instalada de libertad y progreso haga que se siga avanzando con las aportaciones de aquellos que vinieron. En estos barrios se han aislado y han impuesto sus ideologías y creencias, originándose la decrepitud de nuestra civilización.