La Banda del Peugeot

Todo empezó el 1 de junio de 2018, cuando Pedro Sánchez alcanzó el poder mediante una moción de censura impulsada por el caso Gürtel. No importó que la sentencia no afectara al Gobierno ni a Rajoy directamente. La excusa estaba servida.

Lejos quedan los tiempos en los que a la política accedían profesionales que ya habían triunfado en su trayectoria privada y que, con gran merma de sus ingresos, ponían su prestigio y sus conocimientos al servicio del país. Tuvimos la suerte de contar con muchos en la transición, y quizás por su labor disfrutamos de los mejores años de nuestra historia común. Pero ya son un recuerdo. Ahora, y sobre todo en el partido socialista, los políticos pertenecen a otra casta, la de los que se acercan a la política no a servir, sino a servirse de ella.

El sanchismo ha convertido la Moncloa y los ministerios en un nuevo Café de Rick de Casablanca, abierto las24 horas para una cohorte de chorizos, comisionistas y tunantes, que han convertido al PSOE es un comic infantil que como el de Ibáñez. Sánchez es el trilero y Ábalos, Koldo y Cerdán los fontaneros. El caso es que estas historietas acaban siempre igual, en la última viñeta, caos y huida. Ellos han empezado a correr delante y él les seguirá después.

En sus comilonas, en sus juergas, en la presencia reiterada de las marisquerías y el sexo de pago hay un ADN común entre Roldán, el tito Berni, Ábalos, Koldo y Santos Cerdán. Una sordidez y un cutrerío que produce repulsión. Una sensación de personajes de boca abierta masticando comisiones y cigalas. Es curioso que el gobierno más feminista de la historia estuviera compuesto por personajes tan casposos y que tanta señora hiperventilada conviviera tranquilamente con ellos.

La catadura moral de Pedro Sánchez queda perfilada también por la de sus escuderos orgánicos, una auténtica banda: Ábalos, un putero compulsivo y comisionista; Koldo portero de puticlub y consumado matoncillo; y Santos Cerdán…. Todos parecen sacados de un guion de Santiago Segura. Si te dicen que Ábalos es El Malaguita de Torrente el brazo tonto de la ley, Koldo El Francés y Cerdán El Toneti te lo crees a pies juntillas. Por la pinta externa y por el aspecto interno. Por cierto, Ábalo es oriundo del pueblo valenciano de Torrente, toda una premonición.

Un presidente que nombra, pero luego no vigila y no cesa a estos delincuentes hasta que la UCO los pilla traficando con mordidas, mujeres y mascarillas solo lidera un montón de escombros. Comisiones de millones de euros a cambio de adjudicar obra pública a empresas amigas, extorsiones, amenazas, prostitutas.

Este es el vademécum del sanchismo que tiene a la familia del presidente, al fiscal y al equipo, pendientes de sentarse en el banquillo. Su última huida hacia adelante fue una comparecencia en Ferraz ante la opinión pública, con la cara de cemento armado maquillada con plañidero cosmético, para anunciar cambios y auditorias. En definitiva, para materializar aquel adagio del inolvidable Don Fabrizio Corbera, Príncipe de Salina, del El Gatopardo: “para que todo siga igual, todo tiene que cambiar”.

Espero que quede poco para que explote un régimen cimentado sobre la mentira y la corrupción. España necesita una alternativa democrática que recomponga la malherida convivencia entre unos y otros. Tenemos a un presidente que agoniza y lo niega.