
Dr. en Medicina, en Historia de la Ciencia y en Veterinaria. Profesor y académico.
15 julio, 2025
La inefable alcaldesa Compostelana nos obsequia, por omisión suya y de su inexistente concejal de Sanidad, que ni está, ni se le espera, con una versión tragicómica de la magnífica película de Alfred Hitchcock: Los pájaros.
Sentarse en una terraza de Porta Faxeira, más céntrica imposible, es una recreación surrealista de dicho largometraje. Palomas y gaviotas campan por sus respetos, derribando vasos, platos y cubiertos de las terrazas, comiéndose las tapas y pinchos de las mesas, molestando a propios y ajenos y dejando magnificas excretas por doquier.
El número de enfermedades transmisibles por las palomas al ser humano pasa de 40. La suciedad inherente a su presencia masiva conlleva todo tipo de trastornos. Los turistas y los usuarios compostelanos sufrimos, a diario, la dejadez de este ayuntamiento inane e inoperante.
Resulta que ante problema similar el ayuntamiento de Cambados (PSOE) y el de Pontevedra (BNG) han emprendido campañas de control de poblaciones, como es natural. Aquí no, aquí somos más progres que nadie y ya se sabe, no hacer nada es la política de esta banda.
Busco en la página web del ayuntamiento el nombre del concejal de sanidad y lo más parecido que me encuentro es a un señor con una ridícula gorrilla de verano en su foto oficial, así nos representan, al frente de una: Concellaría de Sustentabilidade Ambiental, Dereitos dos Animais, Servizos Básicos Comunitarios, Parques e Xardíns e Vías e Obras. Habría que preguntarse si entre esos derechos de los animales está el de contagiarnos libremente de múltiples zoonosis, romper vasos y platos encima de los sufridos contribuyentes y turistas y ocasionar grandes pérdidas de cristalería y vajilla a los empresarios del sector, con notable incremento del tiempo de escoba.
Tampoco sabe de sustentabilidad ambiental de la que ya habló Hipócrates en el Siglo V a. de C. en su tratado De los Aires, Aguas y lugares, primer escrito ambientalista de la Historia. Lo que la OMS ha definido con el concepto: “un mundo, una salud”, se basa precisamente en un estado compensado entre la población, el mundo animal y el medio ambiente. Cuando se desequilibra una de las patas, el trípode se resiente. No hay más que ver lo que nos pasa con los jabalíes, por falta de sus depredadores naturales.
¡Espabilen señoras y señores del ayuntamiento! que no están ahí con fines decorativos sino bien pagados por el sufrido contribuyente. Y si no saben, aprendan o dimitan que nadie les obliga a calentar poltrona.