19 agosto, 2024
Una de las acepciones de “vía crucis” que pueden verse en un diccionario de la lengua es la de “Sufrimiento. Desgracia continuada”. Y Àlex Pastor es un amigo que fue, además, compañero mío en El Periódico de Catalunya en los ya lejanos tiempos de Z, la colosal empresa fundada por Antonio Asensio y que tenía en su haber medios enormemente populares, como Intervíu y Man. Recuerdo con infinito cariño los mandos en plaza del diario. A mí me tocaron, sucesivamente, Enrique Arias Vega y Antonio Franco, dos tipos cultos y más listos que el hambre, que elevaron ese producto a unos extremos en los que llegaron a estar en la cima del ranquin hispano. Por dar un dato preciso, contar que la sección en la que me encontraba, nada menos que el dominical, tenía un tiraje de 500.000 ejemplares. En aquél momento, y como es lógico, sólo nos superaban el Marca y el As. Como podrán suponer, ese valor ordinal de los dos formidables periódicos deportivos sigue estando presente.
El pasado sábado, día 10, tuvo lugar en Compostela un evento solidario a beneficio de la Fundació Josep Carreras, creación del celebérrimo tenor (y miembro, como recordarán, del equipo de oro llamado Los Tres Tenores, junto a Luciano Pavarotti y Plácido Domingo, dirigidos primorosamente por Zubin Mehta) con objeto de luchar de forma tan efectiva como irreprochable contra la leucemia. La idea original fue del amigo Pastor, quien es miembro de la fundación, dado que, entre otras muchas cosas, “y aunque la tengo controlada” (a lo que añadía: “yo he tenido en mi vida ángeles”, como nos decía hace poco), ha sufrido el mal no sólo en sus propias carnes, sino, además, en las de su hijo Àlex, y en este caso con consecuencias mortales.
La implicación de la hostelería local fue definitiva, y podríamos destacar la participación de Marcelo y Julián Asteriti, los encantadores dueños de A Sucursal da Estrela y del Tarela, o de Alfredo, de Casa Pepe (los tres en la Praza de Santo Agostiño), Naty y Xabi de A Carrilana (en San Paio de Antealtares), o de Bríxida, esa mente lúcida y grandiosa que regenta Xearte Brigitte (en la Rúa de San Pedro), una de las heladerías más reconocidas y prestigiosas de España.
Ese día, el personal lucía una camiseta naranja de la Fundación (y se consumieron como churros los productos del merchandising que habían mandado), y había en el ambiente un carácter festivo y dicharachero que daba fe de un verdadero sentimiento de solidaridad muy poco común. Y desde luego, nada acorde con el ambiente que se está desarrollando en medio mundo, incluida esta península maldita donde el personal político sólo sabe insultarse y en donde siguen cometiéndose atrocidades. La última, el crío de 11 años asesinado de 11 cuchilladas el domingo 18 por un misterioso encapuchado en Mocejón (Toledo)…
Pero, volviendo a lo que decíamos al principio, la vida de Àlex ha sido un cúmulo continuado de sinsabores. Él mismo lo relata en un libro excepcional, redactado con esa sabiduría y precisión que suelen darse en los periodistas a la antigua usanza. Salió hace un año en Europa Ediciones y se llama Soy como tú, con dos prólogos: uno de Santiago Ferreira y otro de Naty y Xabi, los de la Carrilana. Nos cuenta que, con un poco de suerte, se editará en breve una continuación en la que contará muchas cosas que, por infinidad de razones, había preferido obviar en el primero. Y ahí, queridos amigos, hay absolutamente de todo. Una crianza en una familia llamemos postiza en la que vivió una infancia feliz para luego ir derivando en algo totalmente opuesto. Una fuga de casa cuando ya no pudo más. Un amor furibundo y definitivo que lo llevó a liarse con una chica que conoció en Milán, y del que nació su hijo Àlex, y que los llevó a establecerse en Bérgamo. Su vuelta precipitada a Girona, ante una enfermedad grave de su padre. Los padecimientos posteriores de una dolencia de su madre. En medio, un verdadero infierno con ingredientes como su lucha contra ciertas casas de acogida geriátrica que merecen la pena leerse por sí solas para evaluar hasta dónde pueden llegar esas instituciones. Item más: el maltrato de sus primeros trabajos en hostelería… El descubrimiento de la leucemia, después de la muerte de su hijo por el mismo motivo. Y el Camino de Santiago y los amigos resultantes que descubrió en él…
En fin. Procuren no perdérselo, queridos amigos. Otro imprescindible…