20 septiembre, 2024
¿Qué es el mundo? El mundo o universo, según la cosmología científica, se entiende como la totalidad del espacio y del tiempo; de lo que es, ha sido y será. Se añade, en el campo significativo, el término tierra que es en realidad una parte del universo que habitamos. Luego vinieron los griegos de la antigüedad y agregaron el vocablo cosmos para designar todo lo que se refiere al universo. Y, en este artículo, elegimos el término mundo, porque es el ámbito en el que nacimos, habitamos y moriremos.
Para comenzar, diremos que el mundo no sigue igual, por mucho que nos lo diga, cantando, el argentino Diego Torres. Y, además ¡qué aburrido sería vivir en un mundo siempre igual! Si te cae el lado bueno, menos mal, pero, si te cae el malo, ya me dirás. Para bien o para mal, el mundo es cambiante. Unas veces cambia más de prisa, otras más lentamente, unas, para bien, otras para mal, pero cambia de continuo. Los científicos se afanan promoviendo estudios profundos para ver el modo de atajar ciertos cambios que perjudican a los seres vivientes. Pero luchan, en vano, porque la ciencia, que ellos mismo manejan, provoca, muchas veces, la aparición de resultados contrarios. Enfrente está la naturaleza, esa insobornable secretaria de Dios que actúa, silenciosa, con el influyente poderío de sus leyes. Es, precisamente, la naturaleza la fuerza a la que no debe intentar oponerse el hombre y, cuando lo hace, los resultados para él son catastróficos. Tenemos un ejemplo en el llamado cambio climático. El hombre actual ha dado, en los últimos tiempos, un impulso extraordinario a los avances científicos, con la sana intención de producir bienestar social, con el mínimo deterioro de las leyes naturales.
Lamentablemente, por ahora, los signos no son, del todo, positivos, como ocurre con la concentración del gas de efecto invernadero que produce un aumento de calor indeseable, así como la escasez de lluvias y mayor extensión de nuevas zonas desérticas, entre otras calamidades para el ser humano. Podríamos concluir que el mundo se mueve en busca del progreso, pero, de momento, va detrás en la carrera del equilibrio que tiene como meta. Gana la productividad y sus inventos, mientras pierde el clima y sus efectos. La Tierra gira continuamente alrededor del Sol, al tiempo que lo hace sobre sí misma. El mar empujado por el viento, forma las olas y se somete al ciclo de las típicas mareas, en un movimiento interminable y pendular. El hombre crea riqueza, al mismo tiempo que aumenta la pobreza. La medicina descubre nuevos remedios, mientras asoman otras enfermedades. Se potencia el bienestar físico y se soslaya el bien moral. Se vive de prisa, conculcando la vida, con frecuencia. Cambia el hombre, a la par que cambian sus costumbres. El mundo no sigue igual.