18 años después, el caso que conmocionó a Italia vuelve a sacudir a la opinión pública: una huella de mano hallada en el lugar del asesinato de Chiara Poggi en 2007 podría cambiarlo todo. Según reveló la televisión pública RAI, la marca corresponde a Andrea Sempio, amigo del hermano de la víctima. El hallazgo reabre el enigmático ‘Crimen de Garlasco’, un caso que parecía cerrado desde 2015.
Chiara Poggi, de 26 años, fue asesinada brutalmente en su casa de Garlasco el 13 de agosto de 2007. Tras un mediático y accidentado proceso judicial, su novio, Alberto Stasi, fue finalmente condenado a 16 años de prisión como único autor del crimen. Sin embargo, siempre se declaró inocente y actualmente cumple libertad condicional.
¿Una prueba ignorada durante años?
La huella, al parecer, ya había sido recogida en la escena del crimen en el momento del asesinato, pero no se había atribuido a nadie. Ahora, tras una nueva identificación, apunta directamente a Sempio, quien ha sido imputado por la Fiscalía de Pavía como presunto cómplice. Este martes debía declarar ante el tribunal, pero no se presentó, alegando un error en la notificación de su citación.
¿Podría haber otro culpable en libertad?
El hermano de Chiara, Marco Poggi, ha salido en defensa de su amigo Sempio, asegurando estar convencido de que «no tiene nada que ver con estos trágicos hechos». Sin embargo, los abogados de Stasi —el condenado— han insistido durante años en que Sempio debía ser investigado. Para ellos, este giro es una victoria largamente esperada.
“Hoy es una jornada muy positiva”, afirmó el abogado defensor de Stasi, Antonio de Rensis, tras conocerse la imputación de Sempio.
Un caso que vuelve a poner a prueba a la justicia italiana
La Fiscalía de Pavía no ha emitido aún un comunicado oficial sobre el hallazgo, aunque la información ya ha sido filtrada a los principales medios italianos. Mientras tanto, el país entero se pregunta: ¿y si el verdadero asesino nunca pisó la cárcel?
El Crimen de Garlasco, lleno de dudas, cambios de versión, apelaciones y contradicciones, parece lejos de cerrarse del todo. Y ahora, con una huella que pudo cambiar el destino de una condena, el misterio vuelve a estar más vivo que nunca.




