Marco Rubio, secretario de Estado de los Estados Unidos de América
11 julio, 2025
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, mantuvieron este viernes en Kuala Lumpur su primer encuentro bilateral desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. La reunión, celebrada en el marco de la cumbre de ministros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), tuvo lugar en medio de una creciente tensión entre Washington y Beijing por motivos comerciales, militares y geopolíticos.
El cara a cara se produjo mientras en paralelo se desarrollaba el foro regional en el que participan también Australia, Japón, Corea del Sur, la Unión Europea y Rusia. La agenda bilateral estuvo dominada por el conflicto en Ucrania, la presión militar china en el estrecho de Taiwán, los aranceles estadounidenses y la disputa territorial en el mar de China Meridional.
Rubio adelantó el jueves que la reunión serviría para abordar “asuntos clave”, entre ellos el apoyo indirecto de China a la maquinaria bélica rusa. “Hay una preocupación real por el papel de Beijing en sostener el esfuerzo militar de Moscú”, aseguró, en referencia a la ayuda tecnológica y económica que Washington atribuye a China, aunque sin suministro de armas letales. También apuntó al papel de Beijing en organismos multilaterales, donde —según dijo— “protegen sistemáticamente a Moscú”.
Además, Rubio ha puesto énfasis en la política arancelaria de la nueva administración Trump, que ha endurecido su postura comercial con la región. La nueva estrategia, en vigor desde enero, amenaza con imponer tarifas de entre el 20 % y el 50 % a más de 20 países —entre ellos Vietnam, Tailandia y Malasia— si no se alcanzan acuerdos bilaterales antes del 1 de agosto. “Cada país va a recibir en algún momento una carta”, advirtió Rubio desde la capital malasia.
El primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, calificó la nueva oleada de aranceles como “instrumentos afilados de rivalidad geopolítica”. En respuesta, el canciller Wang Yi criticó lo que denominó un “proteccionismo unilateral” y reclamó un orden internacional “más justo y razonable”. Beijing considera que estas tarifas violan las normas de la OMC y distorsionan el comercio mundial.
Otro punto candente fue la situación en Taiwán. Rubio reafirmó el compromiso de Estados Unidos con la defensa de la isla, pese a que Washington no mantiene relaciones diplomáticas formales con Taipéi. En mayo, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, advirtió que el Ejército Popular de Liberación “se entrena cada día para una eventual invasión”. El Pentágono sostiene que China está preparada para emplear la fuerza y alterar el equilibrio de poder en la región. Beijing, por su parte, acusa a EE.UU. de “jugar con fuego” y utilizar la cuestión taiwanesa para frenar su ascenso global.
La reunión también abordó la disputa en el mar Meridional de China, una zona reclamada por Beijing y varios países de ASEAN como Filipinas, Vietnam y Malasia. Washington ha intensificado su presencia naval en la región y ha reiterado su defensa del derecho internacional marítimo.
Rubio dejó claro que EE.UU. no se moverá de Asia-Pacífico. “Nuestra presencia en la región es estratégica y permanente”, afirmó. Según el Departamento de Estado, el objetivo de esta visita es reafirmar el compromiso de Washington con el Sudeste Asiático frente al creciente peso de China.
Aunque las conclusiones del encuentro aún no se han hecho públicas, esta reunión podría marcar el tono de las relaciones entre ambas potencias en los próximos meses, con una rivalidad cada vez más explícita en todos los frentes: comercial, militar, diplomático y tecnológico.