Se estima que el número de fallecidos podría aumentar, ya que hay al menos 50 aficionados heridos.
4 junio, 2025
Lo que debía ser una jornada histórica para el deporte indio terminó teñida de luto. Once personas han muerto y más de 50 han resultado heridas durante la multitudinaria celebración del equipo Royal Challengers Bangalore (RCB) tras ganar la prestigiosa Liga India de Críquet (IPL).
El equipo, con sede en el estado de Karnataka, al sur del país, consiguió el campeonato bajo el liderazgo de los británicos Phil Salt y Liam Livingstone, lo que desató una euforia colectiva entre sus seguidores. Miles de aficionados se concentraron frente al estadio M. Chinnaswamy de Bangalore para presenciar el desfile de la victoria, pero el acto derivó en una estampida mortal.
Según relatan testigos y recogen los medios locales como The Indian Express, la situación se descontroló cuando decenas de miles de personas comenzaron a irrumpir a la fuerza por múltiples accesos para acercarse a los autobuses del equipo. Las imágenes difundidas por televisiones regionales muestran escenas de caos absoluto: seguidores trepando árboles, colapsando azoteas y superando cualquier medida de seguridad.
Entre las víctimas confirmadas hay una mujer y un niño, y las autoridades temen que el número de fallecidos pueda aumentar en las próximas horas, dada la gravedad de algunos de los heridos.
El primer ministro Narendra Modi calificó el suceso de “absolutamente desgarrador” en un comunicado oficial publicado en la red social X. Por su parte, el jefe de Gobierno de Karnataka, Siddaramaiah, explicó que la asistencia al evento superó por mucho las previsiones: “El estadio solo tiene capacidad para 35.000 personas, pero se presentaron entre 200.000 y 300.000”.
El Gobierno estatal ha anunciado una investigación judicial urgente, con un plazo de 15 días para esclarecer los hechos y depurar responsabilidades.
El triunfo del RCB, que rompía años de sequía en la IPL, quedará tristemente marcado por una jornada en la que la pasión por el críquet se desbordó más allá de los límites de la seguridad. Una fiesta que debía unir terminó separando familias para siempre.