1 septiembre, 2024
El escenario político en Alemania sufrió un fuerte remezón este domingo, cuando el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) logró una histórica victoria en las elecciones regionales. Por primera vez, la AfD se posicionó como la fuerza más votada en Turingia, obteniendo un 33,4% de los votos, y quedó en segundo lugar en Sajonia con un 31,4%, apenas por detrás de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), que alcanzó el 31,5%, según las proyecciones de la cadena pública ZDF.
El ascenso de la AfD, liderada en Turingia por Björn Höcke, una figura controvertida dentro de la propia extrema derecha, marca un hito en la política alemana. Sin embargo, las posibilidades de la AfD para gobernar son casi nulas, debido al «cordón sanitario» (Brandmauer) que los demás partidos han establecido para evitar pactos con la ultraderecha.
En medio de la euforia, Höcke exigió el derecho a formar gobierno, argumentando que «la gente votó y dijo que quería cambios, y solo los habrá con la AfD». Sin embargo, el secretario general de la CDU, Carsten Linnemann, reiteró que no habrá coaliciones con la AfD ni en Turingia ni en Sajonia, lo que anticipa arduas negociaciones para formar gobierno en ambos estados.
Otra sorpresa en estas elecciones fue el desempeño del nuevo partido izquierdista BSW (Alianza Sahra Wagenknecht), que debutó con un 15,5% en Turingia y un 11,5% en Sajonia, convirtiéndose en una pieza clave para la formación de gobiernos en ambas regiones. Sahra Wagenknecht, fundadora del BSW, se declara «conservadora de izquierdas» y sostiene posturas económicas socialistas y prorrusas, además de una firme oposición a la inmigración, factores que parecen haber resonado especialmente en el este de Alemania.
Los resultados de estos comicios, aunque se circunscriben a dos estados del este de Alemania, tienen un impacto simbólico considerable en todo el país. La coalición tripartita del gobierno federal del canciller Olaf Scholz sufrió graves pérdidas, especialmente los socios menores, el SPD, los Verdes y el FDP, debilitando aún más su posición de cara a las elecciones generales de septiembre de 2025. Algunos analistas ya especulan con la posibilidad de elecciones anticipadas, aunque esto sería difícil de materializar en el complejo sistema político alemán.
El auge de la AfD, centrado en gran medida en el rechazo a la inmigración, y el crecimiento del BSW a expensas de Die Linke, reflejan un cambio en el electorado del este de Alemania, donde persiste cierta simpatía hacia Rusia y un fuerte desencanto con los partidos tradicionales. Las próximas elecciones en Brandeburgo el 22 de septiembre podrían seguir esta tendencia, con la AfD liderando las encuestas, lo que sugiere que la sacudida política está lejos de terminar.