- Los manifestantes participan en una huelga general. EFE
14 octubre, 2025
Miles de personas salieron este martes a las calles de Atenas y de varias ciudades griegas en el marco de una huelga general del sector público que ha paralizado el país. Se trata de la segunda gran movilización en menos de quince días contra el proyecto de ley impulsado por el Gobierno de Kyriakos Mitsotakis, que prevé extender la jornada laboral hasta 13 horas diarias.
La convocatoria, organizada por el sindicato ADEDY, dejó a Grecia sin trenes interurbanos y sin conexiones marítimas, ya que los sindicatos de marineros también se sumaron al paro de 24 horas. En la capital, el metro y los trenes de cercanías suspendieron su servicio, aunque los trabajadores reanudaron temporalmente las operaciones en la mañana y el mediodía para facilitar el transporte hacia las protestas.
Frente al Parlamento griego, en la plaza Syntagma, se concentraron unas 10.000 personas, según datos de la Policía y de ADEDY, coincidiendo con el inicio del debate legislativo sobre la reforma laboral, que será votada este miércoles. Entre las pancartas se leían mensajes como “Retiren el proyecto de las 13 horas: las condiciones laborales no retrocederán 150 años” y “No a las 13 horas de esclavitud”.
“Esta ley forma parte de una política que destruye los derechos laborales colectivos”, denunció el profesor Spiros Vettas durante la manifestación. Según explicó, la medida no solo afectará a los empleados del sector privado, sino que también tendrá consecuencias indirectas sobre los funcionarios, especialmente en sectores como la educación. “Si los padres trabajan 13 horas, alguien tendrá que cuidar de los niños; eso puede repercutir en nuestros horarios escolares”, advirtió.
Aunque el proyecto se centra en el sector privado, el sindicato GSEE, que agrupa a esos trabajadores, decidió no participar en la huelga, lo que fue criticado por ADEDY. “Es incomprensible que GSEE no haya convocado un paro sobre un asunto que afecta principalmente al sector privado”, señaló Yorgos Petrópulos, miembro de su Comité Ejecutivo.
El texto legislativo, que el Gobierno espera aprobar gracias a la mayoría absoluta de Nueva Democracia, permitirá que las empresas pacten jornadas de hasta 13 horas diarias con una bonificación del 40 % por hora extra trabajada. El Ejecutivo sostiene que se mantendrán los límites de 48 horas semanales y 150 horas extraordinarias anuales, y que las jornadas extendidas solo podrán aplicarse hasta 37 días al año, según explicó la ministra de Trabajo, Niki Kerameos.
El Ejecutivo de Mitsotakis defiende la reforma como una “modernización del mercado laboral” y una adaptación a las nuevas necesidades productivas. Sin embargo, los sindicatos y la oposición de izquierdas acusan al Gobierno de “hacer retroceder a Grecia al siglo XIX” en materia de derechos laborales.