6 julio, 2025
Este domingo, el líder espiritual tibetano, el decimocuarto Dalai Lama, Tändzin Gyamtsho, celebra su 90º cumpleaños. Lejos de considerar esta cifra como un límite, el Dalai Lama sorprendió a sus seguidores y al mundo al expresar su esperanza de vivir más de 130 años, demostrando una vitalidad y una energía inquebrantables pese a las décadas de exilio y lucha por la libertad de su pueblo.
En una ceremonia celebrada en Dharamsala, en el norte de la India, donde reside desde 1959 tras un fallido levantamiento contra la ocupación china en el Tíbet, el Dalai Lama afirmó ante cientos de seguidores: «Todavía espero vivir más de 130 años». Esta declaración supera con creces su anterior estimación en diciembre de 2024, cuando dijo a Reuters que podría alcanzar los 110 años.
Desde que se vio forzado a huir de su tierra natal, el Dalai Lama ha dedicado su vida a la causa tibetana y a la difusión del budismo, manteniendo una postura de no violencia que le valió el Premio Nobel de la Paz en 1989. A pesar de la presión constante por parte del gobierno chino, que lo califica de separatista y exige que su sucesor apoye la autoridad comunista, el Dalai Lama ha insistido en que su reencarnación se reconocerá fuera de China y bajo la autoridad exclusiva de su institución, el Gaden Phodrang Trust.
La tradición de la reencarnación del Dalai Lama, que ha durado casi cinco siglos, se encuentra en un momento de incertidumbre. El líder espiritual tibetano ha expresado que quizás él sea el último en ostentar el título, y ha abierto la puerta a que en el futuro una mujer pueda ocupar su lugar, algo revolucionario en la historia del budismo tibetano.
Nacido el 6 de julio de 1935 en Tagtscher, Tíbet, en una familia campesina, fue reconocido a los dos años como la reencarnación del decimotercer Dalai Lama. Su formación incluyó no solo enseñanzas religiosas, sino también historia y ciencias tradicionales, preparándolo para asumir responsabilidades tanto espirituales como políticas a una edad temprana. Tras la invasión china en 1950 y el levantamiento de 1959, se exilió en India, donde estableció un centro que es hoy la sede del gobierno tibetano en el exilio y un núcleo cultural y educativo para su pueblo.
El Dalai Lama ha sido un referente mundial por su mensaje de paz, compasión y diálogo. Su carisma ha conquistado a públicos diversos, desde altos líderes políticos hasta millones de seguidores anónimos, aunque también ha provocado tensiones diplomáticas debido a la oposición china.
Una amistad destacada fue la que mantuvo con Václav Havel, expresidente de Checoslovaquia y de la República Checa, quien fue uno de sus primeros anfitriones en Europa tras la caída del comunismo.
Recientemente, el Dalai Lama anunció que mantendrá la institución del liderazgo espiritual tibetano, descartando la idea de ser el último. Sin embargo, subrayó que la sucesión será un proceso soberano de la comunidad tibetana y sus instituciones, no una imposición externa.
En el ámbito político, en 2011 delegó sus funciones políticas al primer ministro tibetano en el exilio, Lozang Sanggjä, insistiendo en la necesidad de un gobierno democrático sólido para garantizar la continuidad de la causa tibetana.
A pesar de las dificultades, el Dalai Lama reafirma su compromiso con su pueblo: «Mientras viva aquí en Dharamsala, tengo la intención de servir tanto como pueda».