1 septiembre, 2024
Todos sabemos lo difícil que resulta definir a veces este nuestro país. En algún punto surgió y nos hizo gracia eso del “Spain is different” y poco a poco fue cuajando y lo asumimos para expresar lo profundamente peculiar que es este país.
Pocos españoles habrá que no compartan este pensamiento, al igual que el de “como aquí no se come en ningún lado” o “esto en Francia/Alemania/Suecia no pasa” y, cada vez más, tengo la sensación de que habrá que añadir el de que “en este país siempre se nos va de las manos”.
Bien es cierto que no es fenómeno puramente español sino global, pero las redes sociales son la máxima expresión de esta afirmación y todo el asunto de “la hora de ligar del Mercadona” y las piñas.
Difícil no haberse enterado, pero un reciente vídeo de un par de mujeres hablando acerca de que las 7 de la tarde es la hora ideal para ligar en Mercadona se viralizó en redes hasta el punto de que miles de personas han imitado esta moda, dejando episodios realmente kafkianos.
El último, el de ayer en Bilbao, cuando la Ertzaintza hubo de intervenir en un supermercado de la firma ante la descomunal e incontrolable afluencia de personas entre las 7 y las 8, especialmente jóvenes.
Unos abarrotaban varios pasillos mientras otros tantos de agolpaban en la entrada, por lo que, desbordado, el vigilante de seguridad llamó a la policía, que hubo de realizar maniobras disuasorias para restablecer el orden sin que tuviesen lugar incidentes graves
A pesar de ser mayoría, no solo los más jóvenes vienen participando en esta moda y las propias redes sociales dan buena cuenta de ello: proliferan imágenes (no solo en Bilbao) donde se ve que para los clientes es todo un quebradero de cabeza desplazarse por el super y hacer lo compra, especialmente las personas de avanzada edad. El desorden se traslada de los pasillos a los estantes, los carritos, las escaleras mecánicas y, en definitiva, comprar en Mercadona se ha convertido en los últimos días en toda una aventura caótica.
Lo único que está claro es que a uno nunca deja de sorprenderle este país, y qué digamos ya de las redes sociales… Si sirve de consuelo, de momento en Gadis no pasa.