27 abril, 2024
La llegada a O Porriño estuvo marcada por la lluvia, el viento y el frío, desafiando a las jóvenes peregrinas durante gran parte del camino y complicando las condiciones del trayecto. A pesar de ello, continuaron su camino con determinación.
En Mos, se encontraron con un «señor» -muy curioso y pintoresco- que les brindó unas postales dedicadas con su firma y un inspirador lema: «Vía Mos – Buen Camino» y les dijo: «estáis recorriendo nuestro país andando, buena suerte y buen camino. Este gesto les recordó la importancia de disfrutar de la incomparable experiencia de recorrer un tramo del Camino Portugués a pie y les infundió ánimos para continuar.
El concello de Mos les impresionó por su encanto, a pesar de su tamaño reducido. Capturaron momentos especiales al fotografiar una escultura en piedra con una dedicatoria de la poetisa local, M. Magdalena Domínguez, que decía: «Desde o confín do mundo polo ceo hay un camiño branco desde o confín do mundo ata Santiago.»
El tramo desde O Souto hasta Redondela fue especialmente duro debido a la persistente lluvia, con aproximadamente 4 kilómetros bajo el agua. Al llegar a Redondela, encontraron refugio en el albergue «A Dársena do Francés», una casa centenaria con una fachada y jardines impresionantes. La hospitalidad y generosidad de sus anfitriones merecen un reconocimiento especial.
María Magdalena Domínguez Domínguez, poetisa
Originaria de la aldea de Mos, en la provincia de Pontevedra, esta mujer mostró desde temprana edad un gran amor por la lectura, especialmente por la poesía, y una curiosidad insaciable por el aprendizaje.
Fue su madre quien le enseñó a leer, escribir y hablar castellano antes de que ingresara a la escuela. A pesar de su pasión por la poesía, durante años mantuvo en secreto su habilidad para escribir versos. Muchos de sus poemas estaban dedicados a su esposo, incluyendo «Alborada do Val da Louriña», que vio la luz 30 años después de haber sido escrito, en 1986.
Su admiración por la literatura gallega fue evidente desde temprana edad, encontrando inspiración en figuras como Rosalía de Castro, Daniel R. Castelao y Álvaro Cunqueiro. Participó activamente en la comunidad artística, añadiendo su toque personal a una representación teatral de la obra «Os vellos non deben namorarse» de Castelao, agregando el subtítulo «das mozas novas» (de las jóvenes), que aún se conserva en la versión actual.
En reconocimiento a su contribución a la cultura gallega, el Ayuntamiento de Mos le rindió homenaje en 2016 por su 94 cumpleaños, destacándola como una de las tres mejores poetas autodidactas de Galicia.