23 octubre, 2024
En una intensa sesión de control al Gobierno gallego, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y la líder de la oposición y portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, se enzarzaron en un cruce de acusaciones sobre la política lingüística en Galicia. Rueda calificó a Pontón como «policía del gallego» tras ser acusados por esta de hacer «bullying» a la lengua propia de la comunidad.
La confrontación se produce un día antes de que el conselleiro de Cultura e Lingua, José López Campos, se reúna con los grupos parlamentarios para discutir un posible pacto por la lengua. Durante la sesión, Pontón reclamó la derogación del controvertido decreto del plurilingüismo aprobado en 2010, al que describió como el «decreto de la vergüenza».
En respuesta, Rueda argumentó que el conselleiro presentará «medidas concretas» para fomentar el uso del gallego entre los «neohablantes», como la oferta de más de cien cursos y un programa de voluntariado lingüístico que facilite la interacción entre hablantes nativos y nuevos aprendices. El presidente de la Xunta lamentó la actitud de Pontón, a quien acusó de querer usar la lengua como «un instrumento de ataque político».
«Si quiere apostar por el conocimiento del gallego y el respeto hacia otras lenguas, hay puntos de encuentro», señaló Rueda, pero advirtió que eso no sucederá si Pontón se comporta como «una especie de policía del gallego». En su defensa de la libertad lingüística, Rueda concluyó: «Vaya guardando la porra, porque los gallegos en libertad seguiremos hablando en lo que nos dé la gana».
Pontón, por su parte, aseguró que su partido asistiría a la reunión del día siguiente con la «mejor de las disposiciones». Sin embargo, advirtió que si el tono de López Campos era similar al de Rueda, ello evidenciaría que la Xunta no busca un acuerdo real, sino solo «una foto». La líder del BNG también citó un informe reciente del Instituto Galego de Estatística que indica que el uso del gallego está disminuyendo debido a las «políticas lingüicidas» del Gobierno autonómico.
El enfrentamiento incluyó la mención de la participación de Rueda en una manifestación de Galicia Bilingüe en 2009, que Pontón calificó de «indignidad». Rueda, en respuesta, instó a Pontón a no trivializar el concepto de «bullying» y defendió su postura de promover un «bilingüismo cordial» que respete la libertad de elección del idioma.
El debate culminó con Rueda insistiendo en que la Xunta defiende el gallego como una lengua «hermosa y útil» y rechazando cualquier intento de imponer un monolingüismo que, según él, se asemejaría a la política de inmersión lingüística del BNG, con la que equiparó a Galicia con Cataluña.