Este jueves, Raimundo Rodríguez ha tomado posesión como nuevo general jefe del Mando de Apoyo a la Maniobra (MAM) en un acto celebrado en el acuartelamiento de Atocha, en A Coruña, presidido por el general jefe de la Fuerza Terrestre, Carlos Melero. Durante la ceremonia, Rodríguez subrayó las «capacidades heterogéneas» de la unidad en áreas clave para la guerra moderna como la inteligencia, los fuegos, el sostenimiento, y el mando y control.
Rodríguez asume el cargo con «compromiso» e «ilusión», mostrando su confianza y alegría por estar en Galicia, una tierra que describe como un lugar con «aire fresco y espíritu positivo», características que considera esenciales para fortalecer el mando que ahora dirige. También destacó que los miembros de su unidad están «muy bien preparados y motivados».
Además, el nuevo general jefe subrayó la «cercanía y afecto» que el pueblo gallego y sus instituciones han mostrado hacia las Fuerzas Armadas. En este contexto, prometió una «leal colaboración institucional» y se comprometió a mantener una política de «puertas abiertas».
En su intervención, hizo hincapié en la importancia de las «capacidades heterogéneas» del Mando de Apoyo a la Maniobra, que resultan fundamentales en la guerra moderna por su combinación de inteligencia, fuegos, sostenimiento y mando y control, calificándolas de «trascendentales» para los desafíos militares actuales.
Rodríguez también hizo referencia al conflicto entre Ucrania y Rusia, lamentando el «incalculable sufrimiento humano» que ha causado y señalando que este conflicto ha provocado un «despertar del sueño estratégico» en el que se ha vivido durante más de 30 años.
Este, que sustituye en el cargo al general Juan Francisco Arrazola, quien se ha jubilado, es doctor por la Universidad de Granada en Análisis y Estudios de Seguridad, y comenzó su formación militar en la Academia General Militar de Zaragoza en 1988.
El Mando de Apoyo a la Maniobra está compuesto por 12.000 militares organizados en cinco brigadas y dos regimientos. Su misión principal es preparar a sus unidades para tareas disuasorias y generar fuerzas listas para ser puestas a disposición de organizaciones.
Al acto de toma de posesión asistieron representantes de las administraciones públicas gallegas, entre ellos el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, así como miembros del ámbito judicial, empresarial y social de la comunidad.