
El delegado territorial, Javier Arias, participó en la presentación del programa, que incluye un concierto del artista asturiano Enol el día 2 de agosto patrocinado por el Gobierno gallego.
11 julio, 2025
La Feria del Bonito de Burela, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, celebrará los próximos 2 y 3 de agosto su 39ª edición, consolidándose como uno de los grandes eventos gastronómicos de Galicia. La Xunta de Galicia ha renovado, un año más, su colaboración con esta emblemática cita organizada por la Sociedad Cultural y Recreativa Ledicia.
El delegado territorial de Lugo, Javier Arias, participó este viernes en la presentación oficial del programa, que tendrá como uno de sus platos fuertes el concierto del cantante y compositor asturiano Enol, patrocinado en exclusiva por el Gobierno gallego. El artista actuará el sábado 2 de agosto a las 23:00 horas en la explanada portuaria, dentro de su gira “Una casa con jardín”, con la que está recorriendo distintos escenarios en toda España.
La programación de esta edición arrancará del 17 al 19 de julio con la quinta edición del Tapeo Bonito, en el que los establecimientos hosteleros de Burela ofrecerán originales propuestas gastronómicas con el bonito como protagonista. Además, se celebrarán torneos de fútbol y baloncesto en los días previos al evento principal.
El sábado 2 de agosto, a las 10:30 horas, se inaugurará en el puerto el III Encuentro de Alfombrismo y Arte Efímero Gallego, mientras que a partir de las 13:00 horas abrirá oficialmente la feria y la degustación de bonito, que continuará durante la tarde.
El domingo 3 de agosto estará dedicado especialmente a las familias, con actividades infantiles programadas a las 11:30 horas, y una nueva sesión de degustación de bonito a partir de las 13:30 horas.
Durante el acto de presentación, Javier Arias subrayó que la Feria del Bonito “es una cita gastronómica de referencia a nivel nacional, que ensalza un producto que impulsa la economía local y constituye una de las principales señas de identidad de Burela”.
La menor, perteneciente a una comunidad romaní, fue trasladada a Cataluña, donde permaneció bajo el control de la familia compradora con el propósito de consumar el matrimonio forzado. La chica, que se encontraba sin escolarizar, fue obligada a ejercer la mendicidad como forma de aportar dinero a la familia compradora