El proyecto de Altri copa el debate en el Parlamento

El debate acerca del proyecto de Altri en Palas de Rei ha vuelto a protagonizar los momentos y cruces más destacados de esta jornada de sesión de control en el Parlamento Gallego en la que Gobierno y oposición, de la mano de Alfonso Rueda y Ana Pontón respectivamente, han intercambiado una nueva serie de acusaciones que han ido más allá del controvertido proyecto de la multinacional portuguesa

Así, el presidente Rueda ha defendido la tramitación del dicho proyecto asegurando que la Xunta «no lo autorizará jamás si no cumple escrupulosamente» con todas las normativas. Este acusó a Pontón de «tergiversar demagógicamente los datos» y de cambiar su postura por «interés político» tras las elecciones autonómicas. Recordó que los nacionalistas apoyaron la planta en una iniciativa parlamentaria hace menos de un año, cuando ya conocían todos los datos relevantes. Insistió en esperar la evaluación técnica de la Xunta y no «demonizar» a los técnicos.

El líder del Gobierno también reprochó al BNG por hablar «con alegría de datos físico-químicos» y envió un «mensaje de tranquilidad» asegurando que la Xunta solo autorizará proyectos que cumplan con todos los criterios. Además, criticó al BNG por intentar decidir el futuro industrial de Galicia con asociaciones «satélites».

Por su parte, la líder de la oposición, Ana Pontón (BNG), le ha instado a «dejar de hacer de comercial» de la multinacional portuguesa y le ha pedido que «rectifique».

Pontón calificó el proyecto como «indefendible» y mencionó la oposición de la población local, evidenciada en una manifestación reciente. La líder nacionalista, en este sentido, atacó a Rueda al señalar que, mientras ella se encontraba en Palas de Rei apoyando dicha protesta, el presidente se encontraba en Madrid como «palmero del PP más ultra».

En este sentido, Pontón acusó a la empresa y a la Xunta de mentir sobre el proyecto, describiéndolo como una «bomba medioambiental» y cuestionando la creación de empleo prometida y defendió que el cambio de postura del BNG se debió a la publicación del proyecto tras las elecciones, revelando «grandes mentiras».