19 agosto, 2024
1769.- Real cedula, dada en San Ildefonso, disponiendo el traslado al Colegio de la Compañía de Jesús, de la Universidad establecida en Fonseca. Un traslado, dicen las crónicas, que se hizo a disgusto del prelado, el rector y el claustro de la Universidad compostelana, al tomar posesión del Colegio y de la capilla de la Compañía a las cinco de la tarde del 21 de septiembre de 1769.
Tras la expulsión de los jesuitas, ordenada por Carlos III, este concede a la Universidad los terrenos y edificios que esta orden religiosa poseía en Santiago, de los que en la actualidad únicamente se conserva la conocida como Iglesia de la universidad o de la Compañía, por su anterior pertenencia a la orden jesuítica.
El convento ahora inexistente pasa a constituir el centro de la nueva universidad ilustrada. De inmediato se realiza un nuevo plan de estudios que recupera disciplinas cedidas a ciertas congregaciones religiosas, crea grados académicos e introduce nuevas enseñanzas prácticas y científicas, como Física experimental o Química.
Este siglo XVIII trae consigo una transformación profunda en la Universidad de Santiago de Compostela. La dinámica centralizadora a la que se veían sometidas las instituciones en esta época contribuye a que la Universidad pierda cierta autonomía. Fue en aquel momento cuando Carlos III concede la condición de regia a la USC, añadiendo a su distintivo la corona real que, sobre las armas de Castilla, León y Galicia, y junto a los emblemas heráldicos de sus fundadores más destacados, se integra en el escudo.
La nueva sede de la USC es el segundo Colegio que se abre por la Compañía en la ciudad de Santiago de Compostela. El primero había sido el convento terciario de Santa María A Nova, que el arzobispado otorga a los jesuitas para su establecimiento inicial en la ciudad, expulsado a sus antiguas moradoras, las franciscanas, en 1578. El convento se ubicaba en Mazarelas, en el entorno de la actual iglesia de Santa María Salomé.
En 1577 se funda este segundo Colegio Jesuita por iniciativa del arzobispo D. Francisco Blanco. En 1580, el Rector envía a Roma las trazas del colegio para su supervisión y en 1587 da comienzo la obra.
Esta se inicia por el pabellón destinado a vivienda, encargándose de la misma Andrés Zorlado. El claustro y las dependencias anexas a él, aulas de Filosofía y Teología y biblioteca se levantaron en etapas sucesivas, encargándose de su construcción los distintos arquitectos a lo largo de sesenta años que conlleva su construcción; Benito González de Araujo (1608), Bartolomé Fernández Lechuga (1636) Y Melchor de Velasco (1667).
Estas dependencias del colegio y convento no se conservan al haber sido derruidas cuando el edificio, tras la expulsión de los jesuitas, fue cedido a la Universidad.
La iglesia medieval, asociada al Colegio en cambio, fue utilizada hasta muy avanzado el siglo XVII.
Con la expulsión de los jesuitas del Colegio-convento pasó a ser, como se señala al inicio, sede universitaria. El paso del tiempo y de estilos arquitectónicos y artísticos ha alejado al complejo de su fisonomía original.
1881.- Visitan por segunda vez el castillo de Mos o de Soutomayor, D. Alfonso XII y su esposa Doña Cristina.