9 septiembre, 2024
1688.- Muere el Ilmo. Sr. D, Alonso de la Peña y Montenegro, natural de Padrón, insigne obispo de Quito, Gobernador del reino de Galicia, presidente de su Real Audiencia y del consejo de S. M.
Peña Montenegro, Alonso de la. Padrón. Undécimo obispo de Quito y presidente interino de la Audiencia del mismo nombre, erudito en teología pastoral para indígenas.
Estudió Teología en la Universidad de Santiago de Compostela, donde obtuvo el correspondiente título en 1623 y de la que llegó a ser catedrático. Posteriormente cursó estudios en Salamanca. Fue un teólogo reconocido por su erudición en ciencias eclesiásticas. Ganó por oposición la canonjía de Iria Flavia.
En torno a 1632 se ordenó sacerdote. Posteriormente fue nombrado canónigo magistral de Mondoñedo y luego de Santiago de Compostela.
En 1653 fue presentado por Felipe IV para ejercer el obispado de Quito. Primero desembarcó en Cartagena de Indias, luego pasó por Bogotá, donde recibió la consagración episcopal de manos del arzobispo fray Cristóbal de Torres.
Buena parte de su labor se centró en tratar de normalizar y racionalizar el funcionamiento del sistema de doctrinas indígenas de la Audiencia quiteña. Para ello elaboró un manual para uso de los curas, el famoso Itinerario para párrocos de Indios, que fue publicado por vez primera en 1668. De su éxito dan cuenta las cinco ediciones que se hicieron de él, además de la primera, y sobre todo la repercusión que tuvo tanto en América como en Europa.
Tuvo especial interés para extirpar las idolatrías y las prácticas hechiceras tan comunes en el mundo indígena. Para ello propuso “poner en clausura” a los hechiceros, quemar públicamente a los ídolos y el derribo de los adoratorios.
Es digno de resaltar su declaratoria acerca de que los indios, en su calidad de seres libres, no podían ser obligados por la fuerza a convertirse a la fe.
Buena parte de la importancia de su Itinerario radica, según los datos biográficos que tomamos de la Real Academia de la Historia, en la copiosa información etnográfica que proporciona acerca de las costumbres, ritos, psicología y formas de vida de los pueblos aborígenes de la Audiencia de Quito. Ofrece, además, un resumen muy detallado y realista de la religiosidad del mundo indígena. Todo indica que el obispo era un gran observador y estudioso de sus modos de ser.
Tobar Donoso se refirió a este documento como verdadera “enciclopedia de sociología pastoral”. Al Itinerario, por otra parte, hay que verlo como un instrumento para la defensa de los derechos de los pueblos indígenas. En la obra se tratan temas candentes y polémicos tales como el salario justo, el tributo, el transporte a espaldas, los pagos por el ganado perdido y toda una serie de menudencias que era preciso regular. No pocos pasajes del Itinerario constituyen una feroz denuncia de las injusticias y atropellos cometidos sobre los pueblos americanos.
Fue muy querido y respetado por sus diocesanos. Se mostró generoso y caritativo; se complacía en repartir personalmente las limosnas a los pobres. Disimuladamente solía entrar en casas de familias indigentes a las cuales socorría generosamente.
1762.- En la noche de este día, una gran avenida arrastrando tierra y escombros, puso en el mayor peligro las calles bajas de la ciudad de Mondoñedo. Para reparar los daños causados, además de los donativos del señorío, envió Carlos III a la ciudad 145.000 rs.
1887.- En la catedral de Ourense pronuncia un hermosísimo Elogio del padre Feijóo el ilustre sacerdote, poeta y escritor D. Marcelo Macías y García.
1836.- El comandante D. Víctor Velasco rechaza en monte Salgueiro a la facción capitaneada por Ramos y fray Saturnino,