6 julio, 2024
Pamplona ha vivido su tercer chupinazo pasado por agua. La lluvia ha sido constante desde la noche del viernes, despertando a muchos con truenos durante la madrugada. Sin embargo, esto no ha desanimado a los pamplonicas, quienes desde primera hora han almorzado para coger fuerzas. Algunos han optado por instalar mesas en los porches, mientras que los más valientes se han resguardado en pequeños repechos a las puertas de comercios y bancos.
La ciudad se ha despertado con calles mojadas, pero con la ilusión por las nubes. Después de 366 días de espera, las mejores fiestas del mundo, según los locales y muchos visitantes, están aquí. Con el subsuelo revisado, tejados controlados y cohetes preparados, nada puede fallar.
La plaza consistorial se ha preparado para recibir a una marea de personas coreando “¡Pamploneses, pamplonesas, viva San Fermín!, ¡Gora San Fermín!”. En este 6 de julio, la plaza parece expandirse como el bolso de Mary Poppins, acogiendo a propios y extraños. Aunque no hay un número exacto, se ha llegado a contabilizar hasta 12 personas por metro cuadrado.
El chupinazo de este año, que ha caído en sábado, es especialmente significativo. Lo han lanzado los Dantzaris de Pamplona –Duguna Iruñeko Dantzariak– en honor a sus 75 años de trayectoria, durante los cuales han emocionado y alegrado las calles de Pamplona con bailes tradicionales en las fechas más importantes de la ciudad. Hoy, es la ciudad la que les honra a ellos.
A las 12 en punto del mediodía, la gran fiesta ha estallado. Una vez más, las pamplonesas y pamploneses se han abrazado, bailado y cantado, celebrando tanto a quienes han llegado este año como a aquellos que ya no están.