De izquierda a derecha: María Casanova-Acebes, Sandra Demaria y Karin de Visser. Foto: Antonio Tabernero / CNIO.
18 octubre, 2024
Tres destacadas investigadoras han compartido los últimos avances en inmunoterapia aplicada al cáncer de mama durante el congreso que se clausura hoy en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Las científicas Karin de Visser, Sandra Demaria y María Casanova-Acebes han resaltado cómo esta prometedora terapia está transformando el tratamiento del cáncer, aunque aún presenta retos importantes para ampliar su efectividad a más pacientes.
Karin de Visser, del Netherlands Cancer Institute de Ámsterdam, señaló que, aunque los resultados de la inmunoterapia son muy alentadores, el desafío actual es extender sus beneficios a un mayor número de personas. De Visser lidera investigaciones sobre cómo el sistema inmunitario interactúa con el cáncer de mama metastásico y está desarrollando nuevas estrategias para mejorar la respuesta inmunitaria contra este tipo de tumor.
Por su parte, la Dra. Sandra Demaria, de Weill Cornell Medicine en EE. UU., destacó cómo factores como la dieta pueden influir en la prevención del cáncer y la efectividad de la inmunoterapia. “Una dieta rica en fibra es beneficiosa porque favorece una flora intestinal saludable, lo que optimiza el funcionamiento del sistema inmunitario”, explicó. Demaria ha demostrado que la radioterapia, además de destruir células cancerosas, puede activar el sistema inmunitario para combatir el tumor de forma más eficaz.
María Casanova-Acebes, investigadora del CNIO y jefa del Grupo de Inmunidad del Cáncer, se centra en cómo factores como la dieta y los ritmos circadianos afectan al sistema inmunitario y su respuesta ante el cáncer. «Entender la influencia de estos factores podría ser clave para explicar por qué algunos pacientes responden mejor que otros a la inmunoterapia», comentó.
El congreso, organizado con el apoyo de la Fundación La Caixa, ha servido como plataforma para que expertos de todo el mundo debatan cómo mejorar la inmunoterapia en distintos tipos de cáncer, especialmente en el de mama, que afecta a casi 2,5 millones de personas anualmente en todo el mundo. Las investigadoras coinciden en que, aunque los avances son significativos, la personalización del tratamiento y el estudio de factores externos como la dieta y los ciclos de sueño son cruciales para ampliar el éxito de la inmunoterapia en más pacientes.
Este evento marca un hito en la búsqueda de tratamientos más efectivos y personalizados para el cáncer, un esfuerzo que sigue siendo una de las prioridades del CNIO y sus colaboraciones internacionales.
¿Es efectiva hoy la inmunoterapia en cáncer de mama?
De Visser: Depende del tipo de cáncer de mama, y de cómo esté de avanzado. Por ejemplo, en el cáncer de mama triple negativo a inmunoterapia funciona en entre el 20% y el 30% de los pacientes.
¿Se sabe por qué funciona en unas pacientes sí y en otras no?
De Visser: No lo sabemos, y descubrirlo es la clave para avanzar. Hasta ahora tratamos a los pacientes de manera homogénea, y tenemos que pasar a una inmunoterapia más personalizada. Hay mucha investigación para entender qué hay de especial en los pacientes que responden, y cómo aprender de este conocimiento para aplicarlo a quienes no responden.
Casanova-Acebes: Sabemos que hay factores que contribuyen. Por ejemplo, el triple negativo es más frecuente en personas obesas, y sin embargo en este cáncer la inmunoterapia funciona mejor en pacientes con más peso corporal, y esto es algo que no vemos en otros tumores. Esto nos dice que entender cómo influyen factores como la dieta, y y otros factores de riesgo como la disrupción de los ritmos de sueño y vigilia, es importante. Puede que en estos factores esté parte de la explicación a las diferentes respuestas.
¿Es nuevo este énfasis en factores como la dieta y los biorritmos?
Casanova-Acebes: Solo ahora estamos empezando a prestar atención al hecho de que la inmunoterapia tiene un efecto sistémico, afecta a todo el organismo y que otros factores que confieren riesgo (como determinadas dietas o alteraciones en los biorritmos) pueden limitar su eficacia.
¿Qué sabemos sobre la mejor dieta para prevenir cáncer de mama?
Demaria: Estamos viendo que la dieta y el microbioma son importantes. Podemos decir, por ahora, que la mejor dieta es la rica en fibra. Esto es así porque la flora intestinal, el microbioma en nuestro intestino, está en comunicación constante con el resto del cuerpo, y el sistema inmunitario funciona mejor si tenemos las bacterias adecuadas. Y a estas bacterias les gusta la fibra.
¿Cómo ayuda un mayor conocimiento a que la inmunoterapia llegue a más pacientes?
De Visser: Por ejemplo, hasta ahora la inmunoterapia actúa activando un solo tipo de células, los linfocitos T. Pero el sistema inmunitario es mucho más rico, y de hecho en el cáncer de mama no hay implicados tantos linfocitos T, pero sí otras células del sistema inmunitario, como las células mieloides. Tenemos que entender la relación entre todas estas células, y cómo actuar sobre ellas para tener una respuesta contra el tumor.
Demaria: Queda mucho por hacer, pero estamos aprendiendo mucho sobre cómo usar la inmunoterapia. Por ejemplo, los inhibidores de puntos de control que están ahora aprobados suprimen algunos de los frenos del sistema inmunitario [y al suprimirlos fortalecen el ataque del organismo al tumor], pero hay muchos más puntos sobre los que actuar, como las células mieloides que son muy diversas y abundantes en metástasis.
¿Qué pasará en los próximos diez años en esta área?
De Visser: Creo que, como ya ocurre con melanoma, en cáncer de mama la inmunoterapia se administrará antes, no solo después de otras alternativas. También veremos mejores respuestas y tendremos otros tipos de inmunoterapia en cáncer de mama, no solo la basada en los inhibidores de puntos de control, como ahora. Y serán más personalizadas: podremos predecir la estrategia más eficaz para cada paciente. Es en lo que estamos avanzando en la investigación.
Demaria: Nos moveremos hacia terapias más precisas, guiadas por biomarcadores específicos. Ahora ocurre que hay pacientes que realmente se benefician de una terapia que está siendo ensayada, pero el ensayo se considera fallido porque hay pocas respuestas favorables. Por eso la clave está en entender qué hace que la respuesta de cada paciente sea como es.
Casanova-Acebes: También será importante saber cómo reducir los efectos secundarios, que también existen en inmunoterapia.
Parecería que, una vez obtenidos los primeros éxitos en inmunoterapia, ahora hay que recabar más conocimiento antes de que los avances lleguen a más pacientes.
De Visser: Los resultados que ha traído la inmunoterapia a la clínica son muy prometedores. En melanoma y en algunos tipos de cáncer de mama la inmunoterapia funciona bien en determinados pacientes, pero ahora quedan por investigar muchas alternativas para que funcione para muchos más pacientes. No hay que olvidar que los éxitos actuales llegan después de siglos de investigación básica, para entender el funcionamiento del sistema inmunitario. Lo que se consigue ahora es espectacular, estamos curando pacientes que hace una década no tenían alternativa, y ahora nuestra tarea es hacer que funcione para más pacientes.