Miguel Ángel García Martín en una imagen de archivo. EFE
10 octubre, 2025
El PP trata de cerrar la polémica sobre el aborto asegurando que las leyes se cumplen y negando conflictos con la presidente madrileña, Isabel Díaz Ayuso, pero el Gobierno insiste en atacar al líder de los populares, Alberto Núñez Feijóo, y dice que usará todos los recursos para que Madrid cree el registro de objetores.
Los populares quieren dejar atrás las declaraciones de Ayuso del jueves en la Asamblea madrileña, en las que reiteró su oposición a hacer una «lista negra» de médicos objetores y pidió a la izquierda que se vayan «a otro lado a abortar».
«Hasta donde yo sé, lo que ha dicho es que no está de acuerdo con las listas negras y la posición oficial del Partido Popular está por escrito y la ha dejado clara el presidente del Partido Popular», ha dicho este viernes la vicesecretaria de Coordinación Sectorial del PP, Alma Ezcurra.
Tras las numerosas críticas a las palabras de Ayuso, Feijóo publicó una carta en la que defendió el derecho de las mujeres a abortar «conforme a las leyes» y pidió acabar con los «bulos sobre falsas prohibiciones del aborto».
En ese mismo sentido, Ezcurra ha llamado hoy al Gobierno de Pedro Sánchez a dejar de utilizar «debates de hace cincuenta años» como una «enorme cortina de humo» para tapar «su miseria moral y su corrupción».
Músculo y derecho a decidir del PP en Madrid
Desde Badalona, el vicesecretario de Educación e Igualdad del PP, Jaime de los Santos, ha negado por su parte que haya un conflicto abierto entre la formación popular y Ayuso y ha recalcado que la presidenta madrileña «ha cumplido siempre escrupulosamente con la ley y no va a dejar de hacerlo».
De los Santos ha asegurado además que Feijóo «no puede estar sino satisfechísimo con lo que significa el PP de la Comunidad de Madrid», y ha recordado sus resultados electorales «extraordinarios», no solo en la Asamblea de Madrid, sino en los ayuntamientos. «¿Quién puede enfadarse cuando hay tanto músculo?», se ha preguntado.
De hecho, el portavoz del Gobierno madrileño, Miguel Ángel García Martín, ha asegurado que no se sienten cuestionados por Génova y que no hay ninguna contradicción, al tiempo que ha insistido en que la Comunidad de Madrid tiene «el derecho a decidir si se debe o no crear» el registro de objetores de conciencia a practicar abortos.
¿Quién manda en el PP?
Sin embargo, en el Gobierno de Pedro Sánchez se preguntan quién es la voz autorizada del PP para hablar de temas como el aborto y dicen que estudiarán acciones judiciales contra la «desobediencia» y el «desacato» de Ayuso por su negativa a crear una lista de médicos objetores en materia de aborto.
Lo ha advertido desde Bruselas la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, mientras que la ministra de Sanidad, Mónica García, ha avisado de que vigilará atentamente si Ayuso cumple su «aberrante» amenaza de vulnerar la ley del aborto, en cuyo caso le esperará un expediente sancionador, un contencioso jurídico o «las medidas que sean necesarias».
Para el Gobierno resulta «impresentable», según palabras de su vicepresidenta primera, María Jesús Montero, que la presidenta de Madrid se erija en «la bandera de la libertad» para llamar a «tomarse una caña» en pandemia y que ahora les diga a las mujeres que decidan abortar que «se tienen que ir de esa comunidad».
«Nadie está por encima de la ley, tampoco Ayuso, tampoco el señor Feijóo», ha subrayado Montero.
García-Page: «Todo es un zafarrancho de combate»
También ha entrado este viernes en la polémica el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, quien ha subrayado que el aborto es un «derecho asentado en España» y que el registro de profesionales objetores «no es una lista», sino que la ley lo establece «casi como una garantía» para los sanitarios.
Como reflexión, García-Page ha señalado que «el problema ahora mismo es que los actores políticos quieren convertirlo todo en un zafarrancho de combate» y ha lamentado que, a su entender, la política «se ha convertido en un fin en sí mismo».
Por ello, ha afeado que se recurra a cuestiones que «afectan a las entrañas de la gente» y ha asegurado que no ha «encontrado a ninguna mujer que disfrute» del aborto, que ha reiterado es un derecho.