10 octubre, 2025
El Monbus Obradoiro rompió su mala racha de resultados con un triunfo agónico en la pista del Inveready Gipuzkoa (95-96), en un partido que necesitó de una prórroga para resolverse y que tuvo de todo: intensidad, alternancia y emoción hasta el último segundo.
Ambos equipos llegaban al Amenábar Arena con la misma urgencia —dos derrotas y ninguna victoria—, y el duelo se convirtió en una auténtica lucha por la supervivencia. El primer cuarto ya marcó el tono del encuentro: máxima igualdad (20-20) y mucho ritmo, con triples de Barcello y Andersson para los compostelanos y respuesta inmediata de Varela y Manex para los donostiarras.
En el segundo parcial, los vascos encontraron más acierto de la mano de McGhie y Terry, marchándose al descanso con una ligera ventaja (41-36) que reflejaba su dominio interior. Sin embargo, el Obradoiro regresó del vestuario con otra actitud. La dirección de Westermann y el trabajo bajo el aro de dos Anjos y Barrueta permitieron a los gallegos reducir distancias y ponerse por delante al final del tercer cuarto (56-59).
El último periodo fue una montaña rusa: intercambio constante de canastas y tensión creciente que desembocó en el empate a 81. En la prórroga, el Obradoiro demostró más temple en los momentos decisivos. Un tiro libre de Barcello y una sólida defensa final sellaron la primera victoria de la temporada para los de Diego Epifanio (95-96), mientras el Gipuzkoa de Sergio García vio cómo se le escapaba un triunfo que parecía suyo.
El conjunto compostelano abandona así el fondo de la tabla y estrena su casillero esta temporada con récord de 1-2 y gana oxígeno con una victoria balsámica como visitante. Por su parte, el equipo guipuzcoano sigue sin estrenar su casillero (0.3) en un inicio de curso más complicado de lo esperado.