9 agosto, 2024
Encuentro de auténtica locura en la capital francesa, que vivió una final por el oro más que a la altura de lo que merecía la cita. Con 8 goles, intercambios de golpes, remontadas, polémicas y, sobre todo, con un oro olímpico que sitúa a España aún más en el olimpo del fútbol mundial.
Y es que la Rojita se subió al primer peldaño del podio tras derrotar a la anfitriona Francia por 3-5 y proclamarse así campeona olímpica después de la amarga plata de los juegos de Toquio 2020.
La marsellesa hizo retumbar los cimientos del parisino Parque de los Príncipes en los instantes previos al inicio del choque en una suerte de aviso a navegantes. Si bien seguramente los nuestros eran conscientes de ello, aquello lo confirmó: tocaba jugar 90 minutos en el infierno y no solo fue el público, sino que el conjunto francés lo confirmó y salió a morder, agresivo, presionando arriba y haciendo que La Rojita no estuviese cómoda.
A España apenas le duraba el balón en los pies y Francia iba creciendo en el partido. Era ‘su’ final olímpica y los franceses parecían llevar una marcha más pero, encima, se toparon con la suerte en su primer acercamiento a puerta.
Un grosero error de Arnau Tenas tras un disparo lejano y aparentemente manso de Millot adelantó a los locales a los diez minutos y desató la locura en las plateas, pero España trajo de nuevo el silencio tras una sorprendente y rápida reacción a cargo de un Fermín que ha vivido en estos JJOO su confirmación como futbolista de primer nivel. Seguro Hansi Flick se frota las manos.
Puso el andaluz puso el 1-1 y España, a la que realmente le estaba costando entrar en el encuentro, dio con la igualada todo un golpe sobre la mesa en el 18′.
Fue todo un bálsamo para los de Santi Denia el gol, que les hizo ir creciendo en confianza y juego para dar a la postre toda una exhibición de efectividad y contundencia.
En apenas unos minutos, La Rojita le dio vuelta al encuentro e hizo aún más sepulcral el silencio en París. Primero, Fermín volvió a ser el más listo de la clase para aprovechar un rechace y poner el 2-1 en el 24′, mientras que poco después Baena parecía encarrilar en aquel momento el oro con el 3-1 a través de un disparo de falta apenas tres minutos después.
El guión del partido había tornado tan drástica y rápidamente que los franceses no parecieron darse ni cuenta. Tirando más de arrojo que de fútbol, del cual no han ido sobrados en este torneo, trataron de venirse arriba, pero España parecía llevar por completo la manija del choque.
Ya en la segunda mitad, los locales se volcaron por completo en ataque, siempre con esa sensación de falta de ideas pero llegando con cierta facilidad al área. Francia asediaba por ráfagas y España se mantuvo firme a su propuesta, amasando el balón y jugando desde atrás, aunque el correr de los minutos fue haciendo crecer a los locales en el choque.
Tuvieron empuje y llegadas los franceses, que vieron premiada su insistencia con una falta lateral botada por Olisse que se acabó colando en la portería de Arnau para hacer el 2-3.
Tocaba sufrir. El público francés apretaba y España, ya sin su estrella Fermín en el campo, se enfrentaba a 10 minutos en un infierno parisino que se antojaban muy largos. Y así fue. Un polémico penalti por un agarrón de Miranda permitió a Mateta poner el 3-3 desde los once metros y forzar la prórroga. No sin antes vivir unos últimos minutos de auténtico infarto donde Turrientes incluso tuvo el 4-3 con un disparo que se fue al larguero.
Dos tiempos extra de 15 minutos parecían algo complicado de afrontar para una España con un once desnaturalizado, pero este grupo, que parece de una pasta similar al que nos hizo alzar la Eurocopa hace escasas semanas, se repuso y golpeó rápido. Gol de Camello en el minuto 100, que la picó magistralmente sobre el meta, para poner el cuarto para España y los franceses no se lo podían creer.
Aquella épica remontada parecía que iba a terminar siendo en vano para Francia y fue el propio Camello el que lo confirmó marcando el 3-5 con los franceses ya entregados arriba.
Partido y verano de locura para España, en el que La Roja primero y La Rojita después han cosechado un espectacular doblete de Eurocopa y JJOO.