3 julio, 2024
Fallecido este miércoles a los 101 años, Roland Dumas es recordado por haber sido ministro de Exteriores en Francia, pero es menos conocido el papel «fundamental» que desempeñó para conseguir que el ‘Guernica’ llegara a España, tal y como reconoce el Museo Reina Sofía, que acoge la obra maestra de Picasso.
«Sin duda es una pérdida incalculable para el mundo de la cultura ya que gracias a su esfuerzo podemos contar con un icono de la pintura como el ‘Guernica’, fundamental para la colección del Museo Reina Sofía», ha señalado el director del centro, Manuel Segade.
La implicación de Dumas en el traslado del ‘Guernica’ empezó primero con una labor en contra de la reclamación del cuadro por parte del Gobierno de Franco, a lo que se opuso rotundamente Picasso, que a finales de los sesenta pronunció su famosa frase: «Guernica pertenece al pueblo español y a la República».
El pintor malagueño contrató a Dumas para que le ayudara a frenar el deseo de Franco y el abogado se encargó en 1969 de advertir a William S. Lieberman, entonces director del Museum of Modern Art de Nueva York (MoMA), donde el ‘Guernica’ estaba desde 1946, que el traslado del cuadro a España iba en contra de la voluntad de Picasso.
Dumas señaló en una carta a Lieberman que el Gobierno de Franco pretendía que Picasso había regalado la obra «a la juventud española», una versión que el abogado tildó de «incorrecta». Y añadió que la intención del artista siempre había sido que la obra se trasladara a España «el día en el que se restaurara la República».
Tras la muerte del dictador en noviembre de 1975 y dos años después de la muerte del pintor, Dumas se convirtió en el abogado de sus herederos, y se encargó de defender sus derechos morales sobre la obra, además de actuar como su interlocutor con el Gobierno español.
Dumas se entrevistó en España con Javier Tusell y Adolfo Suárez, además de con José Mario Armero, el abogado al que el Gobierno había encomendado las gestiones legales.
Armero lamentó «la pasividad» de Roland Dumas en una carta dirigida a Pío Cabanillas, entonces ministro de Cultura, en la que decía que la actitud del abogado se debía al hecho de que se iba a presentar a las elecciones francesas. Y contaba que había pedido la intermediación de figuras como Felipe González o Juan Larrea, sin éxito.
Dumas insistía por su parte en que apoyaba que el ‘Guernica’ estuviera en España pero desconfiaba de la evolución democrática del país y consideraba que la seguridad del cuadro no estaba garantizada, como señala en diversos documentos que forman parte del apartado ‘Repensar Guernica’, de la web del Reina Sofía.
No sería hasta 1978 cuando Dumas confirmara que el ‘Guernica’ sería trasladado definitivamente a España, aunque aún había algunos obstáculos para la entrega del cuadro, entre los que señaló «el problema vasco».
Aunque la confirmación oficial del traslado llegó desde el MoMA en julio de 1979, cuando anunció que Dumas había alcanzado un acuerdo verbal con las autoridades españolas para que el cuadro llegara a España en 1981, año en el que se cumpliría el centenario del nacimiento de Picasso.
Las negociaciones sobre detalles técnicos continuaron y cuando parecía que todo estaba encauzado -incluso superada la reticencia de alguno de los herederos-, llegó el 23F. En España estaban convencidos de que habían perdido el cuadro y que Roland Dumas se echaría atrás.
Pero sucedió justo lo contrario, el albacea se quedó impresionado con cómo se desarrollaron los acontecimientos y con el papel del rey Juan Carlos.
«Para él fue una prueba de que había una fortaleza en la democracia española», según explicó en 2021 Genoveva Tusell García, historiadora y autora de «El Guernica recobrado» e hija de una de las figuras fundamentales en la vuelta del cuadro, Javier Tusell, director general de Bellas Artes de la época.
El ‘Guernica’ llegó finalmente el 11 de septiembre de 1981, pero el público no pudo verlo hasta finales de octubre.
En aquel año, Dumas ya había sido elegido diputado socialista y su amigo François Mitterrand presidente. Empezaba su ascenso político, que eclipsaría su trayectoria anterior, incluida su labor para la llegada del ‘Guernica’ a España.