5 octubre, 2024
Ivet Núñez (Barcelona, 1999) es una periodista y escritora afincada en Lugo, apasionada por las letras desde muy joven. Influenciada por grandes figuras de la literatura, ha trazado su propio camino en el mundo narrativo. Después del éxito de su novela Tras la Niebla, primer capítulo del universo de Abril, ahora nos sorprende con Entre la lluvia, una obra que presenta una trama intrigante: una ventana abierta, una madre desesperada por escapar, el secuestro de un niño, y una única responsable. Mientras la tormenta ruge, el destino de todos se entrelaza en una historia de tensión y misterio. EL DIARIO DE SANTIAGO ha podido hablar con la autora.
Desde muy joven has sido una ávida lectora. ¿Cuándo y cómo supiste que querías dedicarte a escribir? ¿Qué libros o momentos marcaron ese deseo?
Hace años que escribo, pero hasta hace uno y medio no me atreví con la novela. Supongo que desde niña lo he llevado dentro, porque siempre supe que quería ser periodista para poder escribir sobre lo que quisiera. Mi madre también ha tenido que ver porque desde pequeña me ha inculcado el amor por los libros. El que más me ha marcado en toda mi vida es El corazón helado de Almudena Grandes, una recomendación suya. Sin embargo, mi autora favorita del género que escribo es Dolores Redondo. Por último, mi abuelo fue fundamental para que me atreviera a publicar Tras la niebla, que es de hecho mi homenaje hacia él.
Dolores Redondo, Julia Navarro y Almudena Grandes han sido importantes referentes en tu trayectoria. ¿Qué aspectos de sus obras te han inspirado y cómo han influido en la evolución de tu estilo narrativo?
Julia Navarro y en especial Almudena Grandes me parecen inalcanzables como escritoras. Son las dos autoras que más me transmiten con sus palabras, sus textos tienen una belleza increíble. Eso es justo lo que a mi me gustaría conseguir: que mis lectores aprecien el estilo y la calidad narrativa más allá de una buena trama. Además, las tres autoras de las que hablas son expertas a la hora de crear personajes que se te quedan en el corazón. Algún día quiero crear un personaje que cale tan hondo como Amaia Salazar, Amelia Garayoa y Raquel Fernández lo hicieron en mí.
Entre la lluvia fue publicada este pasado 2 de octubre. ¿Cómo ha sido la recepción inicial de la novela? ¿Qué emociones te genera este nuevo lanzamiento?
De momento está yendo muy bien y me alegró mucho ver la buena acogida que tuvo en redes sociales más allá de mis seres queridos. Hay una comunidad bookstagramer chulísima que da oportunidades a los autores nóveles y eso es de agradecer. Estoy muy contenta con el lanzamiento y a la vez nerviosa y expectante por recibir las primeras reseñas.
Al haber escrito dos novelas dentro del mismo género, ¿qué diferencias destacarías de Tras la Niebla y Entre la lluvia en cuanto a trama, personajes o enfoque?
Son las dos partes de una bilogía, así que en cuanto a personajes no habría demasiadas diferencias. Han crecido y evolucionado, eso sí, pero el elenco es prácticamente el mismo. En cuanto a la trama, con Entre la lluvia se cierran los cabos sueltos que quedaron en la primera. Sí que son distintas en cuanto a ritmo y esta vez me he desmelenado más con los diálogos, algo que me daba mucho respeto pero que considero muy importante. En definitiva, la esencia es la misma y con Entre la lluvia cierro mi primer capítulo literario mientras termino la tercera novela, que es totalmente independiente.
¿Hay algún tema o mensaje central que busques transmitir a través de tus novelas negras?
En ellas siempre hay algo de denuncia social y feminismo. Creo que es importante usar la pluma para mostrar problemáticas muy presentes en nuestra sociedad y concienciar.
Entre la lluvia describe una búsqueda intensa, con una madre desesperada y un niño secuestrado en medio de una tormenta. ¿Cómo fue el proceso de construcción de esta trama? ¿Qué desafíos te planteaste al narrar una historia tan cargada de tensión?
Quise hacer un primer capítulo que agarre al lector y no lo suelte y a la vez que sirva para mostrar una realidad que muchas veces está oculta. Tendréis que leerlo para saber a lo que me refiero. He partido de esta trama sobre el niño para volver a enlazar con Abril y terminar lo que quedó abierto en Tras la niebla. No me resultó difícil transmitir la tensión y creo que el resultado gustará a los lectores.
En esta obra, la lluvia parece ser más que un fenómeno atmosférico. ¿Qué simbolismo tiene en la novela y cómo influye en la atmósfera de la historia?
Tanto la niebla como la lluvia representan muy bien Lugo, la ciudad en la que sucede la historia, así que por ese lado me parece muy interesante usar estos elementos para reforzar uno de mis puntos fuertes, la ambientación. A lo largo de la novela, la lluvia estará presente continuamente mientras Abril tenga que enfrentarse a los distintos desafíos que se encontrará, con el objetivo de que por fin pase la tormenta y se haga la luz. Además, quería que ambos libros estuvieran muy relacionados en cuanto a la estética y también en los títulos. De hecho, algunos de mis amigos me recomendaron titularlo “Tras la lluvia”, pero me lancé a por algo un poco distinto pero con un patrón reconocible.
La venganza y la oscuridad son temas centrales en tu novela. ¿Qué mensaje o reflexión quieres dejar en el lector al cerrar esta historia?
Que hasta en la oscuridad más profunda, cuando crees que no puedes más, siempre hay un rayo de luz. Se trata de una bilogía muy íntima a pesar de ser novela negra y con su final me despido de una parte de mí.
Ahora que has lanzado Entre la lluvia, ¿qué planes o proyectos futuros tienes como escritora? ¿Seguirás explorando el género negro o te gustaría aventurarte en otros géneros?
Estoy terminando una tercera novela con la intención de mandarla a editoriales y agentes literarios. Creo que es la mejor obra que he escrito hasta ahora y estoy deseando que les llegue a mis lectores. También es novela negra, el género con el que más disfruto y el que creo que tiene más capacidad de llegar al público y hacerlo estremecer. Nunca he pensado en escribir otro género, pero me aplico el dicho “nunca digas nunca” y quizá me anime más adelante. Me encanta la novela histórica, pero lo considero un reto mayúsculo que quizá tenga que esperar un poco más.