31 marzo, 2024
El futuro y la supervivencia de la profesión están en riesgo. Se trata de una reflexión ineludible y cuya pertinencia viene avalada por los datos y los hechos. Basta con observar la situación de los EEUU, la que un día fue la cuna de los mayores imperios mediáticos del planeta, hoy debate sobre la necesidad de replantearse un modelo que parece abocado al fracaso. La ola de despidos masivos del Los Angeles Times, hace apenas dos meses, volvió a poner sobre la mesa la crisis que arrastran los medios de la primera potencia mundial. Si lo traducimos en cifras, hasta 2.681 periodistas perdieron su trabajo en EEUU el pasado año, frente a los 1.808 del 2022.
En clave local y regional, el dato es aún más desolador, y es que según concluyó una investigación de la universidad Northwestern de Illinois, 2,5 periódicos locales de pequeño y mediano tamaño echan el cierre cada semana en Estados Unidos, habiéndose perdido casi un tercio de todas las publicaciones y dos tercios de los periodistas desde el pasado 2005.
Frente a cifras como estas, uno se pregunta cuál será precisamente el futuro de un sector periodístico en el que absolutamente nadie está ya a salvo.